La industria del metal alicantina, integrada por 3.000 empresas y alrededor de 32.000 trabajadores, vive pendiente del pulso que patronal y sindicatos libran sobre la mesa de negociaciones del nuevo convenio colectivo provincial. La pugna tiene como objeto los incrementos salariales y, residualmente, la redistribución de las horas de trabajo. CC OO y UGT temen que se llegue a noviembre, fecha de caducidad de la ultractividad del pacto, y que por tanto los trabajadores empeoren sus condiciones al pasar a depender del marco genérico, el Estatuto de los Trabajadores. Por su parte, los empresarios, representados por la Federación de Empresarios del Metal de la Provincia de Alicante (Fempa) temen un otoño caliente de movilizaciones que termine por afectar a sus maltrechos balances. En lo único que ambas partes están de acuerdo es en que en que la otra exagera su debilidad para beneficiarse a costa de las cesiones propias. Y en que lo peor que podría pasarles a todos es que cerraran las fábricas.

Mientras tanto, cada uno juega sus bazas. UGT y CC OO se envuelven en el texto del anterior Convenio de la Industria Siderometalúrgica de la Provincia, diseñado para el periodo 2008-2012 y por tanto, caducado. Está denunciado desde principios de año, fechas desde las que ambas partes trabajan en un nuevo marco colectivo para el periodo 2013-2014. Los sindicatos piden que se mantenga idéntico pero que incluya un incremento salarial del 5,4%: un 1,9% correspondiente a los atrasos del anterior acuerdo que no cumplió la patronal en 2011 y 2012 más un 3,5% a distribuir entre 2013 y 2014, según explicó Juan José Pastor, responsable de la Federación de Industria de CC OO.

Fempa, por su parte, se blinda tras el II Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), firmado por patronal y sindicatos a escala nacional a principios de 2012, para eliminar «retribuciones contrarias a la productividad», es decir, pluses que encarezcan aún más los costes por trabajador y los incrementos salariales «que no son coherentes con la situación de recesión».

La patronal propone así acabar con la ultractividad del convenio anterior y firmar uno nuevo basado en el AENC donde los incrementos no superen el 3%, según el secretario general de Fempa, Luis Rodríguez.