Cristóbal Navarro volvió a convertir la patronal Coepa en blanco de sus iras durante la asamblea de Cepyme Alicante celebrada ayer, a la que dirigió un discurso en el que denunció de nuevo que la organización que él preside «ha tenido que sufrir el abandono del apoyo y el arrinconamiento por completo» por parte «del equipo directivo de Coepa, más concretamente de su presidente y secretario general», en referencia a Moisés Jiménez y Fermín Crespo, respectivamente.

A renglón seguido destacó que «en el pasado hemos visto dentro de las organizaciones empresariales el servilismo con el que muchos de nuestros colegas de tamaño han sido capaces de cometer los mayores atropellos con sus congéneres, movidos evidentemente por un interés puramente particular, porque el dinero público suponía una golosina provechosa para muchos empresarios carentes de energía propia; ahora es todavía más triste, porque el dinero público ya no fluye y el servilismo que se realiza en formato de traición directa ni siquiera lo podrán cobrar».

Por contra, proclamó su intención de seguir luchando para «no permitir que los cazasubvenciones hagan de las organizaciones empresariales su particular redil, exigiendo una Coepa más democrática, más transparente, más independiente y liberarla de la incompetencia, del servilismo y del ocultismo en que ha caído en estos últimos tiempos».

Navarro animó a «volcarnos» con el proyecto de cooperativa de crédito que con el nombre de Denaria impulsa la organización que preside y que, según destacó, «por primera vez en la historia que conocemos, todos los agentes sociales y económicos se están poniendo de acuerdo para apoyar» ante la situación que, según había descrito previamente, han traído «la concentración bancaria y el oligopolio resultante» que «amenaza con endurecerse más».