La gestora provisional de Caja Mediterráneo enviará al notario un requerimiento para saber si los administradores del FROB modificaron el acta por la que se segregó del negocio financiero de la entidad en un nuevo banco con el objetivo de ceder la marca "CAM" a su adjudicatario, que acabó siendo el Sabadell. Aunque desde el citado organismo aseguran que su intención no es revisar la actuación del FROB, sí que señalan que esta decisión podría haber privado a la caja de unos jugosos ingresos en forma de derechos de propiedad industrial que vendrían muy bien de cara a la puesta en marcha de la nueva fundación que debe asumir la antigua Obra Social de la entidad.

Al respecto, las fuentes consultadas señalan que en su día los anteriores responsables de la CAM dejaron expresamente las marcas entre los activos que se quedaban en Caja Mediterráneo para que si algún día el nuevo banco se desvinculaba por completo de ella -como finalmente ocurrió- no pudiera utilizar libremente esta denominación o, al menos, tuviera que pagar por ello. Sin embargo, el FROB habría cambiado esta disposición durante el tiempo en que estuvo al frente de la entidad al considerar que carecía de lógica adjudicar un banco sin su correspondiente denominación.

Fue uno de los administradores designados por el fondo público, José Antonio Iturriaga, quien puso en alerta involuntariamente a la gestora sobre este asunto. Entre la numerosa documentación que estos días están repasando sus miembros se encuentra la declaración que Iturriaga realizó en mayo del año pasado en la comisión de las Cortes Valencianas que investiga el hundimiento de la caja, y en ella el administrador admitía que se había "subsanado" el acta de segregación con este motivo. Lo que entonces pasó casi desapercibido se convirtió inmediatamente en objeto de debate en el organismo que debe transformar Caja Mediterráneo en una fundación.

En concreto, José Antonio Iturriaga admitía que se había hecho "una modificación de esa acta (de segregación) a posteriori" porque "todas las marcas de la casa, que eran marcas CAM, quedaban en el ámbito de la caja de ahorros". Algo que, a su juicio, "parecía poco razonable" ya que "quien iba a tener capacidad para utilizar las marcas CAM era el banco y, entonces, no tenía sentido que se quedaran como caja", según recoge el diario de sesiones del Parlamento autonómico.

El valor de un nombre

"Una marca es algo que tiene valor, que cuesta dinero, y queremos saber si realmente se cambió el acta sin más", explica uno de los miembros de la gestora para justificar su decisión de pedir al notario Ignacio Paz-Ares explicaciones sobre si se produjo la citada modificación. "Ahora podríamos estar cobrando derechos o se podría negociar su venta", apunta otro de los consultados. En cualquier caso, señalan, su principal objetivo es conocer exactamente cual es la situación jurídica y a qué deben atenerse.

Desde el Sabadell apuntaron ayer, sin embargo, que la marca Banco CAM formó parte desde un principio de los activos que el fondo público sacó a subasta y que le fue adjudicada junto al resto del negocio, algo que consideran "lógico". Es más, tras el cierre de la operación se firmó un nuevo documento ante notario para dejar completamente clara la utilización que podían hacer de las distintas denominaciones tanto el Sabadell como Caja Mediterráneo, aseguran las mismas fuentes.