No esperaban que entonara el "mea culpa" pero tampoco que no asumiera ni un sólo error en su gestión de la crisis de la CAM. Las palabras del exgobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez durante su comparecencia en la comisión de las Cortes que investiga lo ocurrido en la caja alicantina provocó ayer la "indignación" de los afectados por las cuotas participativas, que no dudaron en asegurar que el supervisor "realizó una dejación de sus funciones". "Es ridículo que culpe únicamente a los directivos, está claro que él miró para otro lado y que no controló lo que hacían", denunció ayer el portavoz de la Plataforma CAM, Carlos Pena.

"Se están pasando el balón unos a otros y parece que nadie tenía la culpa pero hay miles de afectados", insistió Pena, quien asegura que la posible responsabilidad de la Generalitat que el lunes apuntó Fernández Ordóñez "no se le exime de la suya propia como supervisor del sistema financiero". Al respecto, recordó la denuncia de la Asociación de Inspectores que aseguraba que las conclusiones de su trabajo eran suavizadas por la cúpula del Banco de España.

Por su parte, los exconsejeros de la CAM consultados por este diario calificaron de "desfachatez" la intervención del exgobernador, al que varios de ellos calificaron de "caradura". En especial, por desentenderse de la emisión de las cuotas "cuando fue una recomendación suya". Igualmente, los consultados insisten en que las seis comunicaciones que, según Fernández Ordóñez, se realizaron a la CAM durante la inspección permante que sufrió la entre 2008 y 2010 "jamás llegaron al consejo de administración".

Este diario también ha intentado conocer la opinión de la Generalitat y el Instituto Valenciano de Finanzas, a los que el exgobernador acusó de haber nombrado a gestores "poco profesionales", sin obtener respuesta. Tampoco quisieron pronunciarse ninguno de los principales exdirectivos de la CAM.