El Sabadell sigue deshaciendo los numerosos entuertos que se encontró al adjudicarse la CAM, sobre todo en el sector inmobiliario. El acuerdo firmado con Bruselas para dar viabilidad a la fusión obliga a la entidad catalana a vender o liquidar al menos 24 participaciones empresariales de este tipo antes de final de año y la sociedad que la antigua caja de ahorros creó junto al polémico promotor Enrique Ortiz -Dreamview- ha sido una de las primeras en caer. El empresario y la entidad han llegado a un acuerdo para disolver esta firma cuyo principal activo son 228.000 metros cuadrados de suelo rústico en la partida alicantina de Agua Amarga que Ortiz y los anteriores responsables de la CAM confiaban en recalificar para construir la Ciudad de la Economía, un proyecto que nunca llegó a ver la luz.

Finalmente será la entidad la que se quede con estos terrenos, tasados en menos de dos millones de euros, a cambio de condonar un préstamo de cinco millones de euros y después de haber puesto otros 2,9 millones como aportación de capital, que también se dan por perdidos. En ellos, eso sí, no podrá hacer absolutamente nada ya que frente a los usos terciarios y hoteleros que esperaban los accionistas de Dreamview, ahora este suelo forma parte de un espacio protegido. La única esperanza del Sabadell para hacer algo de caja es que la Administración deberá compensarle con otros aprovechamientos urbanísticos en el municipio a cambio de la afectación de los terrenos.

En cualquier caso, el principal beneficio para la entidad es desligarse de uno de los episodios más polémicos de la gestión de los anteriores responsables de la CAM, con el exdirector general Roberto López y el exdirector de Participaciones Inmobiliarias Daniel Gil a la cabeza. La propia constitución de Dreamview es señalada por el Banco de España, en el expediente que abrió contra los exconsejeros y exdirectivos de la entidad, como un ejemplo de manual de los "pelotazos" que financió durante largos años la antigua caja de ahorros; y la sociedad forma parte también de las investigaciones sobre el supuesto amaño del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Alicante para beneficiar a Ortiz, precisamente, al estar organizada alrededor de una supuesta recalificación de terrenos.

Así, en el momento de la creación de la sociedad los terrenos estaban valorados en 2,8 millones de euros pero la CAM no tuvo reparo en desembolsar casi ocho millones aceptando como bueno el precio previsto tras la reclasificación, a pesar de que no era segura la aprobación del cambio de uso del suelo. El supervisor financiero lo califica de operación "puramente especulativa", impropia de una entidad financiera, y el juez trata de discernir si hubo información privilegiada.

Ahora serán el Sabadell y el Fondo de Garantía de Depósitos -que financia el Esquema de Protección de Activos concedido a la entidad para "digerir" la CAM- los que cargarán con las pérdidas de seis millones que finalmente ha supuesto la operación.

Según las fuentes consultadas, el traspaso de titularidad de los terrenos de Dreamview al Sabadell se habría concretado en diciembre y el proceso de disolución de la sociedad se inició hace aproximadamente un mes. Aunque este es el único negocio en el que la CAM y Enrique Ortiz compartían propiedad, las relaciones entre ambos también alcanzan al polémico Plan Rabasa, donde la entidad financia unos 180 de los más de 700 millones en créditos que tiene Urbanika, la compañía creada por el promotor, Bancaja y la inmobiliaria Espacio para desarrollar la que es la mayor reserva de suelo de Alicante.

Cabo Cortés

Por otra parte, el Sabadell también está recomponiendo su relación con otra de las mayores promotoras de la provincia, Hansa Urbana, de la que también es accionista en un 31%. En este caso, sin embargo, los cambios afectan a las filiales que la antigua caja de ahorros y la empresa de la familia Galea crearon para promover un megacomplejo turístico junto a una reserva natural en el estado de Baja California, en México, y que está paralizado a la espera de que el proyecto se reformule para cumplir con la normativa ambiental.

Aunque SabadellCAM ya era accionista mayoritario tanto de Hansa México, como de Hansa Cabo -las dos firmas implicadas en la promoción del "resort"-, la entidad ha optado por hacerse con el 100% de la propiedad para tener las manos libres de cara a buscarle una salida a los más de 38 millones de metros cuadrados de suelo que acumula en la zona, denominada Cabo Cortés, donde inicialmente estaban previstas 27.000 habitaciones hoteleras y 8.000 viviendas.

Como informó este periódico el pasado agosto, la entidad también se ha asociado con la constructora OHL para elaborar la nueva redacción del proyecto -de hecho llegaron a presentar un segundo borrador que tuvieron que retirar a los pocos días ante la presión de los ecologistas- aunque su prioridad es encontrar nuevos inversores que se hagan cargo del mismo. Hasta el momento, la entidad habría gastado ya alrededor de 200 millones de euros en el proyecto.

Seguirá en Hansa

Donde, de momento, no tiene previsto desinvertir el Sabadell es en la matriz de Hansa, donde seguirá como accionista de referencia a medio plazo, según las fuentes del banco consultadas, ya que consideran que es una compañía viable.

El banco logra vender el velero que patrocinaba la caja

No sólo son participaciones inmobiliarias, el Sabadell también está logrando desprenderse de otros activos que acumulaba la CAM, algunos tan llamativos como el último velero que fletó la entidad para lucir su marca en las principales competiciones de vela y en el que navegaba a menudo el Príncipe Felipe. El barco, que en su día tuvo como armador a Kiko Sánchez y como patrón a Fernando León, ha sido finalmente vendido a un armador italiano que ha pagado por él unos 600.000 euros, lo que supone unos 300.000 euros menos de lo que costó. En cualquier caso, al Sabadell le sale rentable ya que se ahorra los gastos de mantenimiento. El CAM llevaba en dique seco casi desde la intervención de la caja. d.n.