El exsecretario de Actas del Consejo de Administración de la CAM Juan Martínez-Abarca ha dicho hoy que las actas son "un reflejo fiel" de cada reunión y ha añadido que habría sido una "bomba de relojería" que el presidente o el secretario de este órgano de gobierno introdujeran en ellas "un gazapo".

Martínez-Abarca ha comparecido en la comisión de Les Corts Valencianes que investiga el proceso que ha llevado a la intervención de la entidad por el Banco de España, donde los grupos de la oposición han insistido en preguntarle si las actas reflejaban la verdad de lo que pasaba en el consejo.

"Hubiera sido una tremenda temeridad por parte del presidente o del secretario pretender introducir un gazapo", teniendo en cuenta "la pluralidad de sensibilidades que había en la caja" y "lo conflictivo" que era el Consejo de Administración, ha señalado el exsecretario de Actas.

Martínez-Abarca, quien entró en 1975 en la caja de la que fue director de servicios jurídicos, y desde 1985 formó parte del Consejo de Administración, del que fue elegido secretario de Actas por unanimidad en 2007, ha explicado que antes de cada sesión, le entregaban una "preacta", que suponía el 99 por ciento el cuerpo de la misma.

Preguntado sobre si se leyó o no el requerimiento del Banco de España en diciembre de 2010, ha asegurado que la directora general estuvo "más de treinta minutos" explicando el documento con diapositivas, pero ha considerado que en ese momento, el interés y las prioridades de los consejeros "eran otras".

A su juicio, a los consejeros les preocupaba muchísimo quién iba a formar parte del Banco Base; la posibilidad de crear un consejo de sabios de carácter consultivo, en el que participaran miembros de las distintas entidades, y la obra social.

"Mucha gente ha querido confundir mi cargo con la Secretaría del órgano de gobierno", ha dicho el letrado, quien ha considerado que si quienes le han atribuido la responsabilidad de redactar y aprobar actas "hubieran leído los estatutos de la caja, hubieran visto quién aprueba las actas y el papel del secretario de Actas".

Preguntado por la existencia de "un núcleo duro", Martínez-Abarca ha dicho que empezó a gestarse hace años cuando los vicepresidentes "tomaron la costumbre" de acercarse a la caja antes del consejo a enterarse de qué iba a ir, y después se les fue uniendo más gente, pero ha asegurado que eran reuniones "puramente informativas".

También se ha referido al proceso electoral de 2007, para asegurar que las dos candidaturas "estaban dentro de plazo", y ha considerado legal que después se aprobara una candidatura única formada por miembros de ambas listas ya que "no se vulneran normas de derecho necesario y no hay damnificados".

Por otra parte, el letrado ha considerado que el que papel de la Comisión Ejecutiva del Banco de España "fue incongruente" con la CAM ya que, según ha indicado, cuatro meses antes de la intervención le dijo que "era viable".

En la comisión parlamentaria también ha comparecido la exmiembro de la Comisión de Control de la CAM Noelia Sala, quien fue secretaria de este organismo entre 2007 y 2010, y ha reconocido que firmaba las actas de las reuniones sin leerlas, ya que había dado el visto bueno al borrador y suponía que "reflejaban lo mismo".

Sala, quien entró en la caja en representación de los impositores en febrero 2004, cuando tenía 19 años, ha explicado que el letrado le remitía por correo electrónico los borradores de cada reunión, ella les daba el visto bueno y después, un empleado de la caja se las llevaba a casa para que las firmara, algo que hacía sin leerlas previamente.

También ha afirmado que no recuerda haber aprobado ni haber visto en el borrador de ningún acta la retribución de 300.000 euros al presidente de la CAM, Modesto Crespo, como tampoco se aprobaron, ha dicho, las modificaciones de las dietas a los consejeros por su presencia en las empresas participadas.

Respecto a la inspección del Banco de España, ha señalado que se mencionó que los inspectores estaban allí, pero se dijo que "era rutinario", y jamás se les informó de ningún requerimiento ni se les presentó un papel que reflejara "algún problema en la caja".