Pitos, abucheos y gritos de "ladrón" y "sinvergüenza" es lo que tuvo que escuchar ayer el exdirector general de la CAM Roberto López Abad cuando finalizó su clase del curso de inglés de la Universidad Permanente para Adultos al que lleva asistiendo desde el pasado mes de octubre. Tras enterarse de su presencia en el lugar, alrededor de una decena de miembros de la Plataforma CAM le esperó en la calle para abroncarlo y "hacerle saber el sufrimiento por el que están pasando sus víctimas", señaló el portavoz de la citada organización, Carlos Pena, en referencia a las miles de personas que vieron atrapados sus ahorros en las cuotas participativas, las preferentes y el resto de los denominados "productos tóxicos" que emitió la entidad bajo su mandato.

Con una gran pancarta en la que se podía leer "Afectados por el engaño de la CAM y el Banco de España ¡Exigimos una solución!", los concentrados siguieron a López Abad durante varios metros cuando abandonó del edificio donde se imparten las clases -la sede de la Universidad de Alicante en la avenida de Ramón y Cajal de la capital de la provincia- mientras también le echaban en cara la cuantiosa indemnización de casi seis millones de euros que cobró al prejubilarse. "Abad, ¿donde está mi dinero?", rezaba otro cartel. "Si tuviera un poco de dignidad no saldría a la calle tras haber arruinado a miles de familias", apuntó el presidente de la Plataforma CAM, José Belmonte.

A pesar de la protesta, el exdirector de la CAM, vestido de manera informal con una cazadora azul y con barba de varios días, pudo marcharse sin problemas del lugar. Lo hizo caminando, con su carpeta de estudiante bajo el brazo y sin pronunciar ni una sola palabra. Ni siquiera cuando uno de los afectados decidió seguirle por las calles de la zona de la antigua estación de autobuses recriminándole que, por su culpa, podía perder el piso e incluso llegó a amenazarle, aunque sin consecuencias.

Poco participativo

La concentración sorprendió a los compañeros de clase del exdirectivo que, sin embargo, en su mayoría ya habían reconocido a López Abad a pesar de que, según los testimonios recabados, el exdirector de la CAM intentaba pasar lo más desapercibido posible y apenas participaba en la clase. De poco le sirvió. Fue uno de los miembros de la asociación de afectados, vecino de la zona, quien observó que el exejecutivo acudía todos los lunes y miércoles a la Universidad y decidió avisar a los responsables de la Plataforma CAM, que no quisieron desaprovechar la ocasión.

No es la primera vez que López Abad es increpado públicamente tras la intervención de la CAM. En octubre del año pasado también tuvo que abandonar las instalaciones del club deportivo Montemar cuando varios empleados de la entidad que allí se encontraban le reconocieron y le insultaron. Desde su salida de la caja, Roberto López Abad, ha limitado al máximo sus apariciones públicas y en mayo se negó a declarar en las Cortes Valencianas. En la actualidad está imputado en la causa que instruye la Audiencia Nacional por la debacle sufrida por Caja Mediterráneo, junto a otros cuatro ex altos cargos.