Si los consumidores tienen muchos "enemigos" en estos años difíciles de crisis, sin duda uno de los peores son los números rojos. Llegar a final de mes es cada vez más complicado, y las opciones para superar un bache en nuestra tesorería cada vez más limitadas: un préstamo al consumo es una misión imposible, las tarjetas de crédito hay menos de 3 millones que hace unos años, y la mayoría de ellas han sufrido subidas en los tipos de interés y reducción en los límites, y queda el socorrido descubierto, dejar nuestra cuenta en números rojos para que puedan pagar recibos básicos para el día a día.

Pero los descubiertos tampoco son una opción nada barata, aunque la nueva Circular 5/2012 sobre transparencia de los servicios bancarios y responsabilidad en la concesión de créditos ha incluido cambios positivos, especialmente en conocer de forma clara cual va a ser el coste de servicios. Así por ejemplo, se establece cómo se debe poner a disposición del cliente "los tipos de interés habitualmente aplicados a los servicios que prestan con mayor frecuencia, así como las comisiones habitualmente percibidas". Y por supuesto esto se traslada a los descubiertos, que también tienen una denominación distinta, "descubierto tácito". ¿Qué es? Todo aquel descubierto aceptado tácitamente mediante el cual el banco pone a disposición de un consumidor fondos que superen el saldo de su cuenta a la vista del consumidor o la posibilidad de descubierto convenida. Es decir se reconoce la posibilidad en estos casos de que tengamos el número rojo, un descubierto establecido a un coste, bastante más "aceptable" que si no fuera así.

Este es un punto fundamental a tener en cuenta. Dirijámonos siempre al banco para negociar o conocer si tenemos esta posibilidad, y si no queremos disparar los costes es importante no aceptar que entremos en números rojos si no tenemos este descubierto tácito. Además, en caso de descubierto tácito se prolongue durante un período superior a un mes, el banco nos deberá informar consumidor sin demora de su existencia, el importe, el tipo deudor, posibles penalizaciones, gastos o intereses de demora aplicables.

Como se puede ver en el siguiente cuadro, los intereses, reflejados en tipo nominal anual no son excesivamente elevados, se asemejan a muchos préstamos al consumo (e incluso son inferiores) y claramente ganan a las tarjetas de crédito. En general, todas las entidades están aplicando tipos muy similares de entre el 9,52% y el 10%, pero ojo, esto se aplica exclusivamente a particulares, en caso de empresas la tasa se multiplica por más de 2, generando auténticos problemas financieros para las pymes.

La diferencia está en la comisiones

Pero la diferencia fundamental está en las comisiones, y como las aplican diferentes entidades, lo cual genera como podemos ver en nuestro ejemplo, de un descubierto de 300 euros de dos meses de duración, diferencias de hasta un 376% entre el banco más caro, el Santander y la cuenta más económica de Ing Direct.

Esto se explica al existir entidades (Ing Direct, Bankinter) que no cobran comisión por la reclamación frente al resto que si lo hacen. Estas comisiones que se aplican por la cantidad más alta en números rojos varía de entre el 4,50% al 2,40%, pero lo que también es importante, en muchas ocasiones también se cobran mínimos. Así si para nuestro ejemplo, el 4,50% de 300 euros supone 13,50 euros, Santander, BBVA, Popular y Sabadell nos cobran 18 euros y 15 euros que es el mínimo establecido en sus tarifas. En definitiva, siendo una contingencia más o menos común, el coste por descubierto también debe ser un punto fundamental a la hora de elegir nuestro banco.

Por todo ello, el consejo fundamental es siempre utilizar el descubierto, siempre tácito o reconocido por la entidad, como una medida excepcional para cubrir problemas, si lo hacemos de forma recurrente tendremos un importante coste. Debemos por ello controlar el ciclo de pagos de los recibos y si le interesa que su banco asuma el pago en descubierto, comparando su coste sobre lo que pagaríamos si tuviéramos que devolver este recibo por falta de fondos, si es más barato lo segundo, pida a su banco que no le acepte ningún recibo con la cuenta en descubierto. Igualmente, si tiene problemas con recibos de forma recurrente, intente cambiar la forma de pago de adeudo en cuenta a pago de ventanilla o transferencia, para no llegar nunca a números rojos.

También hay que tener mucho cuidado con la disposición de efectivo, muchos bancos nos permiten sacar más dinero de la tarjeta que saldo disponible, por lo que tras ello acabaríamos en descubierto y en los importantes costes que hemos señalado. Si este es su caso, especifique a su banco que nunca le permita disponer de efectivo que exceda de su saldo actual o consulte siempre su saldo con anterioridad a sacar dinero, para saber su límite de disponible y evitar males mayores.

Los descubiertos siguen siendo una de las formas más lucrativas para los bancos, y por ello, el consumidor tiene que estar muy atento y controlar sus cuentas, para evitar un coste importante y buscar alternativas más económicas.