El subgobernador del Banco de España y presidente del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), Fernando Restoy, dice que no se podrá distinguir entre inversores y pequeños ahorradores para dar una solución al problema de las participaciones preferentes, y que cualquier vía de solución deberá articularse al margen de la reforma financiera y del proceso de reestructuración del sector bancario español. Así lo aseguró durante su comparecencia ante la subcomisión de Seguimiento del FROB en el Congreso, según consta en las actas de la sesión, que recoge Europa Press. "Aquellas entidades que vayan a precisar apoyo público tienen que hacer ejercicios de reparto de la carga, y esto afectará a preferentes y a subordinadas", afirmó.

A renglón seguido, recordó que la CE impone "exigencias de un rigor muy elevado" en las condiciones de recapitalización de entidades bancarias, lo que deja un margen de maniobra "limitado" para poder dar una solución a los pequeños ahorradores que pusieron su dinero en productos complejos. "Los recortes exigidos a estos instrumentos van a ser muy sustanciales", insistió.

Reforma financiera

De hecho, Restoy aseguró que ni el decreto ley de Reforma Financiera aprobado en agosto -y actualmente en tramitación parlamentaria como proyecto de ley- ni el Memorándum de Entendimiento (MoU) del rescate bancario "permiten absolutamente ningún tipo de discriminación entre instrumentos en manos de inversores minoristas e instrumentos en manos de inversores mayoristas", por lo que ambos recibirán el mismo trato. En concreto, todos los tenedores de productos híbridos como deuda subordinada o participaciones preferentes en entidades que reciban recursos públicos podrán canjear sus títulos a precios de mercado más un 10%, lo que supondrá una pérdida de, al menos, el 80% de su inversión inicial, independientemente de si fueron víctimas de una comercialización fraudulenta o no. Y es que el objetivo principal es evitar que los rescates a entidades eleven la factura pública.

"Éste es el concepto, nos guste o no nos guste. Al final, es un juego de suma cero: esto de que lo que se reconozca a los preferentistas y a los subordinados es un aumento automático en la factura para el sector público a la hora de inyectar capital en las entidades (es contrario) al principio de tratar de minimizar el coste para el contribuyente", dijo.