¿Cómo un jubilado sin conocimientos financieros acaba comprando participaciones preferentes del Royal Bank of Scotland?

Lo que hizo fue ir a la CAM a ingresar el dinero que había obtenido con la venta de unos terrenos. Cuando llega allí le comentan que es mucho dinero, le preguntan qué piensa hacer, cómo quiere colocarlo... y la propia directora de la sucursal decide llamar a un experto en inversiones de la entidad que se desplaza a la oficina y es el que le propone tres opciones. Una de ellas eran estas participaciones preferentes, un producto del que no había oido hablar en su vida.

¿Y por qué aceptó esa propuesta y no otra?

Él no sabía lo qué eran las participaciones preferentes ni sus consecuencias jurídicas ni nada. Lo único que quería era una inversión sin riesgo: se acababa de jubilar y era el dinero con el que contaba para vivir tranquilo el resto de su vida. Le proponen tres opciones y, por los intereses y por el plazo de vencimiento, la que más le convence es ésta. Lo que no le dicen es que las participaciones preferentes son un producto de deuda perpetua. Al contrario, le aseguran que su vencimiento es el 31 de diciembre de 2009 y se lo llegan a poner por escrito.

¿En el contrato?

No, en el contrato no. La suerte que tuvo este cliente es que no tira nada y, cuando vino al despacho, entre la documentación que trajo había un papel escrito a mano por el asesor de inversiones en el que ponía claramente que el producto eran participaciones del Royal Bank of Scotland y que su vencimiento era el 31 de diciembre de 2009. En el contrato, evidentemente, no podía ponerlo.

¿Cómo se dio cuenta de lo que había ocurrido?

Pues cuando llegó la fecha y el hombre fue a la caja a por su dinero y le dicen que no está, que el Royal Bank of Scotland no va a ingresar el dinero. Entonces plantea una queja al defensor del cliente de la CAM y es cuando éste le explica la naturaleza de las participaciones preferentes y su carácter perpetuo.

¿Ha recuperado ya el dinero?

Sí, cuando ganamos en primera instancia solicitamos la ejecución de la sentencia y le ingresaron los 309.000 euros.

¿Cree que este caso es un indicativo de cómo se comportaron las entidades durante determinada época?

Bueno, cada caso es particular y es difícil extrapolar pero, en mi opinión, creo que las participaciones preferentes se vendieron con demasiada alegría y de una forma poco rigurosa.

¿Y no hay ningún organismo que habría podido evitar esto?

Bueno, la Comisión Nacional del Mercado de Valores tiene publicado desde hace años un tríptico alertando de que las participaciones preferentes son un producto de alto riesgo que sólo es aconsejable para inversores de alto riesgo, pero ya está. Hasta ahora no había límites a la comercialización de este producto y creo que se han vendido en exceso y dirigidos a personas a las que nunca se les debió colocar.

¿Cree que los bancos han escarmentado con el escándalo y las protestas que se han producido por las preferentes o siguen con las mismas prácticas?

Espero que sí y, desde luego espero que un producto como éste no se lo vuelvan a vender a pequeños ahorradores o al menos que se informe debidamente. Es que estamos hablando de un producto en el que tú le das tu dinero al banco y el banco no tiene obligación de devolvértelo nunca.

¿Qué consejo daría a alguien que quiera invertir sus ahorros?

Que lo pida todo por escrito y que se lo lea todo antes. Hay que acabar con la práctica del «dónde hay que firmar» y confiar en que todo estará bien.