Es la primera empresa de la provincia y aunque la mayor parte del recorte de personal vaya a producirse en otras demarcaciones, es innegable que el expediente de regulación de empleo (ERE) que se negocia en Banco CAM va a ser un nuevo golpe para la debilitada economía alicantina. Los nuevos responsables de la entidad son conscientes de la situación, que tampoco es lo mejor para sus planes de negocio en la zona, y ya están preparado varias iniciativas para atenuar el impacto de los ajustes impuestos por Bruselas a través, sobre todo, del apoyo a otras empresas que puedan crear nuevos puestos de trabajo.

De esta forma, desde el Sabadell se está localizando compañías que, a pesar de la crisis, tengan posibilidades de acometer planes de expansión y crecimiento en la zona con la idea de prestarles apoyo financiero o incluso invertir en ellas a cambio de que se comprometan a dar trabajo. Además, la intención es buscar firmas con los perfiles necesarios para que puedan dar cabida a al menos una parte de los empleados del Banco CAM que deban abandonar la entidad por la aplicación del citado ERE.

Se trata, en definitiva, de ir un paso más allá de lo que marca la legislación, que tras la última reforma laboral impone a las empresas que realicen despidos colectivos de más de 50 trabajadores la obligación de crear un plan de recolocación. Generalmente, éste se limita a orientar a los afectados en la búsqueda de empleo y a ofrecerles formación en el caso de necesiten un nuevo enfoque a su carrera.

Pero los planes del grupo catalán no pretenden sólo favorecer a los afectados por el ERE, su objetivo es que la economía de la zona no se resienta y, si es posible, contribuir a que la situación mejore. Al fin y al cabo, la provincia es el principal mercado de la nueva enseña SabadellCAM, con una cuota del 38% que quiere elevar hasta el 45%, por lo que cualquier caída de actividad en la zona afectará también a su cuenta de resultados.

Al respecto, otra de las iniciativas en las que trabajan los nuevos propietarios de la entidad es en la creación en Alicante de un centro de innovación y apoyo a los emprendedores con el mismo objetivo de favorecer el empleo. En este caso, SabadellCAM facilitaría las infraestructuras para la puesta en marcha de estos negocios -sería una especie de vivero empresarial- a cambio siempre de que los beneficiados se comprometieran a generar nuevos puestos de trabajo.

Negociaciones

Para su puesta en marcha, la entidad están manteniendo negociaciones con diversas multinacionales de las telecomunicaciones y la informática a las que quiere implicar en el proyecto. Igualmente, la intención también es contar con alguna de las organizaciones empresariales de la provincia o la participación, incluso, de las universidades, aunque estos aspectos aún no están muy definidos todavía.

La dirección general de la Competencia de la UE exigió el recorte de 2.231 empleos -casi un tercio del total de la plantilla- y el cierre de 464 oficinas a cambio de autorizar la adjudicación de Banco CAM al Sabadell con el objetivo de garantizar la viabilidad de la operación y de evitar distorsiones en el mercado por un exceso de concentración. De la cifra total, alrededor de 450 personas saldrán de las filiales, mientras que la dirección de la entidad acaba de presentar un ERE que afectará a 1.751 trabajadores de la matriz.

Desde el grupo señalan que el 60% de la pérdida de empleo se producirá fuera de los territorios históricos de Banco CAM -Comunidad Valenciana y Murcia- e incluso del país, ya que una de las primeras decisiones fue cerrar la filial Crédito Inmobiliario, especializada en la concesión de hipotecas en México.

Igualmente, el Sabadell tiene previsto mantener en Alicante un gran centro administrativo, el segundo mayor del grupo, que empleará a unas 600 personas. Este centro asumirá tareas para todo el grupo, como la gestión de medios de pago para comercios, y también dispondrá de unidades especializadas en grandes empresas o en el segmento hotelero. Además, albergará una parte de la unidad de gestión de activos o "banco malo" que el Sabadell ha creado para separar los activos del ladrillo del resto del negocio.

Las negociaciones con los representantes del personal se tensan

Las negociaciones entre la dirección de la entidad y los sindicatos sobre la aplicación del ERE no van por buen camino. Aunque las dos partes manifiestan su deseo de cerrar un acuerdo, lo cierto es que la última reunión celebrada el pasado viernes acabó con un duro enfrentamiento y con los representantes de los trabajadores anunciando movilizaciones de protesta. Tanto la denominada Unidad Sindical -que agrupa a UGT, CGT, CC OO, Alta y Csica-, como el Sicam -el sindicato con más delegados- consideraron inaceptable la propuesta de partida del Sabadell, que planteó la prejubilación forzosa de 700 empleados con un convenio que sólo les cubriría hasta los 61 años y el despido de otro millar de trabajadores con una indemnización de sólo 20 días por año trabajado, el mínimo que marca la legislación cuando se trata de despidos por causas objetivas. La propuesta se produjo después de que los sindicatos se negaran a poner sobre la mesa una cifra de despidos que estarían dispuestos a aceptar y también a aceptar las causas económicas del ERE. Los representantes de los trabajadores denuncian que no se les ha facilitado información clave para desarrollar su tarea, como el presupuesto dotado para el ERE o las zonas donde se realizarán los recortes.