Segundo intento fallido. Apenas unos días después de que la noticia se hiciese pública, el Sabadell y sus socios han decidido retirar la solicitud que habían presentado ante la Secretaría de Medio Ambiente mexicana para recuperar, modificándolo, el fallido proyecto de la CAM y Hansa Urbana para construir un megaresort turístico en el estado de Baja California Sur, junto a un paraje protegido en la zona conocida como Cabo Cortés. La decisión había reavivado las protestas de las organizaciones ecologistas -entre ellas la de Greenpeace-, que hace un par de meses lograron que la entidad española y el Gobierno mexicano pactaran la anulación del planteamiento original.

El objetivo de esta nueva marcha atrás es, precisamente, evitar que se produzca una nueva campaña en contra del proyecto que acabe provocando su suspensión definitiva. Por eso, se ha optado por retrasar los trámites administrativos para abrir un periodo "de consultas y negociación con las comunidades de Baja California Sur", según explicaron ayer fuentes oficiales de La Ribera Desarrollos, la nueva sociedad que el banco catalán adjudicatario de la CAM y un grupo de inversores han creado para gestionar la iniciativa. Es decir, que intentarán consensuar los nuevos planos con los residentes de los municipios afectados y con las asociaciones ambientalistas.

Tras la retirada del primer proyecto, que planteaba la construcción de 27.000 habitaciones de hotel y 8.000 viviendas, el Sabadell ya había aceptado rebajar notablemente la edificabilidad prevista y para ello, además de buscar nuevos inversores que aportaran los 240 millones de dólares que se calcula que costará la urbanización del complejo, contrató a la constructora OHL que ya tiene experiencia en este tipo de complejos y está ampliamente implantada en México, tal y como avanzó el pasado viernes este diario.

La nueva propuesta, rebautizada con el nombre de Los Pericúes, contempla sólo 3.450 habitaciones de hotel y 6.650 viviendas aunque mantiene en el proyecto algunas de las infraestructuras más polémicas, como un puerto deportivo, una aeropista, dos campos de golf y una desaladora. No obstante, desde La Ribera Desarrollos sostienen que sólo se ocupará un 24% de los casi 38 millones de metros cuadrados sobre los que se extiende el plan urbanístico. Además, el plazo para desarrollarlo en su totalidad se eleva a 30 años, en los que se prevé una inversión total de 4.500 millones.

Los orígenes del proyecto se remontan al año 2007 cuando la promotora alicantina Hansa Urbana y la CAM se aliaron para comprar una gran extensión de terrenos en esta zona semidesértica de México. Sin embargo, el estallido de la burbuja inmobiliaria obligó a la entidad financiera a quedarse el suelo en pago de las deudas que Hansa tenía con ellas. Tras la intervención y subasta de la CAM, pasó a manos del Sabadell.