El Banco Santander ha recortado un 51% el beneficio del primer semestre, hasta 1.704 millones, después de dotar 2.780 millones a sanear su exposición al riesgo inmobiliario.

La entidad, que según confirmó ayer el consejero delegado, Alfredo Sáenz, mantendrá su política de dividendos pese a la actual coyuntura económica, ha cubierto ya más del 70% de la nueva normativa de riesgo inmobiliario aprobada por el Gobierno.

En un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el banco explica que de los 1.404 millones de beneficio ordinario obtenido en el segundo trimestre, 1.304 se destinaron a provisiones para la cobertura del riesgo inmobiliario, con lo que el resultado contable registrado ha sido solo de 100 millones. La aplicación de las dos reformas aprobadas por el Ejecutivo implica para la entidad unas necesidades adicionales de 8.800 millones brutos, de las que parte se cubren con capital.

Además, Alfredo Sáenz anunció que la entidad "ajustará" las retribuciones de sus consejeros "en la línea" de otras empresas, como Telefónica que decidió reducir en un 20% el sueldo a los consejeros y en un 30% la remuneración de los directivos.