Como no se trata de dedicar medio artículo a reproducir tacos, resulta imposible transcribir de forma textual los comentarios de muchos de los alicantinos con respecto a las medidas de ajuste del Gobierno. Sólo decir que, salvo un par de personas más comprensivas, todos los consultados en la calle por los anuncios del miércoles de Rajoy andaban ayer echando pestes por la boca. "Yo no le votaría ahora, eso seguro", señalaba Francisco, un joven que junto a Águeda, María e Inés Pérez, toma un refresco en una terraza de la Plaza 25 de Mayo. Los cuatro están indignados, pero es Águeda la más enfadada: "Esto va a retraer el consumo y muchas pequeñas empresas van a tener que cerrar. No hay nada bueno en lo que ha anunciado. Toda la vida pagando a la Seguridad Social para que ahora te bajen el paro. Es indignante". A juicio de esta familia, "los que menos culpa tenemos de esto somos los que lo tenemos que pagar. Es un mal endémico. Los gobernantes se han dormido en los laureles durante 8 o 10 años y ahora lo tenemos que pagar los ciudadanos", señalan con resignación dado que "no podemos hacer nada". Con todo, las ganas de bromear no faltan y Francisco señala a su hijo Rubén que está en el carrito para asegurar que "voy a apuntarlo ya en el paro a ver si hay suerte y a los 20 encuentra un empleo".

"Pero ¿cómo se entiende que rebajen las prestaciones del paro?" se pregunta Juan Giménez desde la puerta del Mercado Central. Juan, ya jubilado, se muestra pesimista pese a que no pierde la sonrisa. "Yo esto lo veo muy mal sobre todo para los trabajadores con la subida de los impuestos. Ahora mismos hablábamos de un chico que ganaba 950 euros y le acaban de despedir. Ahora con 40 años le ha tocado volverse a vivir con sus padres, y menos mal que los tiene". Junto a Juan se encuentra su nieto David, su hija Mari Carmen y su yerno Francisco García. Mari Carmen está en paro y su marido trabaja a veces "de cocinero cuando me llaman". La pareja también se muestra muy crítica con las medidas adoptadas por el Gobierno y coincide con Juan en sus críticas a los políticos. "Ellos viven como quieren. Deberían ser los primeros en bajarse el sueldo y bajar los gastos de la administración". También Águeda y su familia consideran que lo primero que se debería recortar son los gastos de la clase política. "A mí lo de los coches oficiales me pone enferma", señala, para añadir que "deberían quitar los sueldos vitalicios, el Senado que no sirve para nada, las diputaciones, los guardaespaldas y bajar mucho más el número de cargos políticos".

La extra

Juan Antonio Rubio y su mujer Marina están especialmente cabreados con la eliminación de la paga extra de Navidad de los funcionarios y con la subida del IVA. "Es verdad que en otros países está más alto el IVA, pero también están más altos los sueldos", señala Marina, una enfermera que, como funcionaria, se siente muy agraviada con los recortes. A juicio de esta pareja, "en lugar de tanto recorte en Educación y Sanidad, y en lugar de ir contra las clases medias y los trabajadores, deberían haber eliminado las aportaciones que dan a la Iglesia y aumentar los impuestos de los ricos, pero eso no lo tocan".

La preocupación es otro de los sentimientos de los ciudadanos ante la situación. "Yo lo que quiero es que se arregle esto. Si con estas medidas se solucionaran las cosas, estupendo. Supongo que lo hacen para intentar que salgamos de la crisis, pero es que se han gastado tanto dinero en tonterías...", señalaba con fatalismo David Campana, carnicero en el Mercado Central, quien asegura que "las cosas están muy mal y se nota que todo va a peor".

"Nos suben la luz, el agua, el gas, los medicamentos, y ahora el IVA. No sé dónde va a parar esto", señalaban ayer Rafael Martínez y Juan Guerrero, trabajadores en una obra. También ellos consideran que "deberían haber recortado de los sueldos de los políticos, pero siempre lo pagamos los mismos. A los ricos no los tocan. La gente defrauda y no les pasa nada".

A juicio de Tomás González, propietario de un bar en el centro, "lo de la subida del IVA nos va a hacer mucho daño al pequeño comercio y a los bares. Si a mí me suben la cerveza los suministradores, yo tendré que subirla también y cada vez habrá menos consumo". Tomás, quien asegura que debido a la crisis "he dejado de abrir al mediodía excepto los sábados", teme que "con los recortes y las subidas, al final la gente ya no gaste nada y acabemos todos en la ruina".

Entre todas las personas consultadas, Liliana García y Christopher Ripoll son los más comprensivos con las medidas que ha adoptado el gobierno de Rajoy. Christopher considera que "para salir de la crisis no hay más remedio que apretarnos todos el cinturón. A nadie le gusta lo que está ocurriendo pero no hay más remedio". Liliana, estudiante como él, también cree que los recortes son inevitables. "No lo están haciendo bien, pero tampoco mal porque esto no es una crisis, esto es una guerra económica y tenemos que salir cuanto antes como sea".