El Banco de España decidió no tomar medidas sobre la escasa fidelidad con que la Caja de Canarias reflejaba en sus cuentas los reajustes de activos que realizó el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia, durante el primer semestre de 2011. A pesar de las advertencias de la comisión de control de la entidad isleña, el órgano regulador, en favor del que se había inhibido la Consejería de Economía del Gobierno canario, trasladó al momento de la auditoría la discusión sobre el contenido. Así lo comunicó el equipo del ya exgobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez al presidente de la Caja de Canarias, Suárez del Toro; a su director general, García Falcón, y al presidente de la comisión de control, Durán Alday, en una reunión celebrada en Madrid en octubre.