"Una buena noticia, la primera que oigo en 30 días y quizá en el último año". Así definió ayer el presidente del Sabadell, Josep Oliu, el anuncio de Bruselas otorgando su autorización a la compra de la CAM, una confirmación que llega casi tres meses después de lo esperado y en plena convulsión de los mercados por las dudas sobre las entidades españolas y la nacionalización de Bankia. La luz verde de Bruselas supone la salvación de la entidad alicantina, cuya única alternativa era la liquidación, pero, como reconoció el propio Oliu, también "fortalecerá" y mejorará "la capacidad" del grupo catalán para hacer frente a la crisis.

Entre otras cosas, porque el esquema de protección de activos concedido para cubrir las posibles pérdidas de la CAM durante los próximos diez años permitirá al grupo afrontar las nuevas exigencias de provisiones con bastante más tranquilidad que a algunos de sus rivales, ya que este mecanismo rebaja la cifra final de nuevas dotaciones. Igualmente, el presidente del Sabadell recordó que sus previsiones son mejorar en un 50% el beneficio por acción durante el primer año y un 100% en el segundo año de la integración gracias a las sinergias y los ahorros de costes que se consigan.

"No puedo negar que se trata de una buena operación porque la entidad resultante tiene fortalezas y capacidades que no tendría sin ella", apuntó el banquero catalán que, no obstante, recordó que la adjudicación de la CAM también tiene un coste para el Sabadell, que se traduce en la ampliación de capital por 900 millones que el banco realizó a principios de año y en la dilución de la participación de los actuales accionistas.

Sobre el retraso de Bruselas, Josep Oliu explicó que se debió al concienzudo análisis que realizaron los técnicos comunitarios para determinar si las ayudas concedidas eran las adecuadas o, por el contrario, resultaban excesivas. Su conclusión fue "que la solución que se ha buscado era más barata que la única alternativa que había, la liquidación de la CAM", y eso sin entrar en los costes sociales de esta última posibilidad, según explicó el presidente del Sabadell. La decisión de la Comisión Europea también supone, a su juicio, el "respaldo" al plan de viabilidad presentado por el grupo, aunque eso sí a cambio de mayores recortes en la red de oficinas y de personal, que obligarán a aplicar "un ERE".

No obstante, el banquero reconoció que la demora de la CE ha supuesto un retraso en los planes del Sabadell para relanzar la entidad, entre ellos el plan de choque con el que pretende ponerse en contacto con todos los clientes descontentos, como los propietarios de participaciones preferentes, a los que se propondrá un canje por acciones "mirando al futuro". Sobre las cuotas, insistió en que no pueden recomprarlas y señaló que habían sido "una mala inversión". "Si las acciones de los bancos que lo han hecho bien, como éste, valían hace cuatro años ocho euros y ahora cotizan a 1,3, ¿por qué iban a valer nada las acciones de una caja que lo ha hecho mal?", se preguntó.

Lo que no variará el retraso de Bruselas es la fecha prevista desde un principio para la integración total de las redes de CAM y Sabadell, que el grupo mantiene para el próximo 8 de diciembre. Pocas semanas después, Banco CAM desaparecerá como sociedad independiente -hasta entonces tendrá un consejo de administración provisional formado por sus ejecutivos- y pasará a ser una territorial del grupo que operará con la marca Sabadell-CAM en la Comunidad Valenciana, Murcia y Baleares.