Uno no lo escuchó y el otro no lo recuerda. De esta forma reaccionaron ayer los exconsejeros de Caja Mediterráneo (CAM), Jesús Navarro y Juan Pacheco, al ser preguntados por los diputados en la comisión de investigación de las Cortes si tuvieron conocimiento de la lectura de una carta en un consejo celebrado en diciembre de 2010, en el que el Banco de España advertía de la situación financiera de la caja. Navarro, "orgulloso" porque su nombramiento fuera avalado por el expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, no escuchó nada y Pacheco, jubilado y en el consejo por el cupo de los impositores, no lo recordaba.

Siguiendo la línea argumental de todos los exconsejeros de la CAM, ambos coincidieron en afirmar algo parecido a "pasábamos por allí", delegando todas las responsabilidades en el equipo directivo de la caja. Navarro llegó a espetar a los diputados que "¿quién me dice que cuando me iba alguien no ponía o quitaba cosas de las actas"?

Jesús Navarro afirmó que nunca vio las "actas oficiales" de las reuniones del consejo de administración y que se las enseñaban "en la pantalla de un ordenador", lo que hacía posible que fueran "modificadas". El empresario noveldense de la firma "Carmencita" aseguró que las actas del consejo de administración "no se facilitaban en papel para evitar filtraciones a la prensa".Navarro fue consejero de la CAM durante siete años en representación de la Generalitat.

El exconsejero dijo que no escuchó que el consejo de administración fuera informado ni de la subida de sueldo del expresidente Modesto Crespo ni del requerimiento del Banco de España alertando de la situación financiera de la CAM, a pesar de que ambas cuestiones aparecían reflejadas en las actas.

"Cuando yo me iba de ahí, quién me dice que alguien ponía una cosa y luego la quitaba", dijo y añadió que las actas solo iban firmadas por el presidente y el secretario del consejo, que quien "mandaba" en la caja era el equipo directivo y que todo lo que pasaba por el consejo "estaba absolutamente bendecido por todos los controles de la caja, tanto internos como externos".

Jesús Navarro subrayó que "el que más preguntaba era yo", y puntualizó que siempre le daban "las explicaciones adecuadas". El empresario indicó que se opuso a algunas operaciones como la de Terra Mítica, porque era "obvio" que aquello "iba fatal", aunque "muchas cosas que se dijeron en el consejo luego no se reflejaban en el acta".

El diputado socialista Ángel Luna recordó, por su parte, que Navarro entró en la caja por "voluntad expresa" del entonces presidente de la Generalitat Francisco Camps, ante lo que Navarro replicó señalando que su nombramiento fue fruto de un acuerdo entre populares y socialistas y que fue designado en la cuota de consejeros "progresistas".

Navarro se definió como un "consejero raso", que ingresó una media de 14.700 euros al año por su asistencia a las reuniones a las que era convocado y que nunca participó en ninguno de los consejos que se celebraron en lugares como India o China, "por cuestiones éticas y estéticas".

Por su parte, el exconsejero por el cupo de los impositores, Juan Pacheco, explicó que cuando accedió a este cargo, advirtió a la entidad de que no tenía conocimientos financieros, jurídicos o contables. Además, apuntó que en el momento de entrar a formar parte de este órgano tenía "disponibilidad" al estar jubilado.

Asimismo, explicó que entró al consejo "mediante sorteo ante notario para la renovación parcial por el cupo de impositores en al asamblea general".

Pacheco declaró que cuando accedió al cargo le dijeron que "siempre estaría asesorado". Sin embargo, dijo sentirse "defraudado" por los informes que le trasladaban antes de los consejos de administración porque no se correspondían con la realidad de la situación de la caja.

Pacheco reveló que consideraba "lo normal" que todo llegara hecho por los directivos por la "base de conocimiento del sector bancario y dilatada experiencia" de estas personas..

Preguntado por las reuniones del consejo de administración fuera de la Comunidad. Pacheco explicó que acudió a la que se celebró en San Sebastián y que fue con su mujer; del resto de consejeros dijo que fueron con las suyas. "Bueno, yo fui con mi mujer, el resto con sus acompañantes; yo no les pedí el acta de matrimonio", subrayó. Asistieron cerca de medio centenar de personas a este viaje, entre responsables de la caja y acompañantes, reveló.

Para el diputado de EUPV. Lluis Torró, que interpeló a ambos, "el conocimiento limitado de la caja por los consejeros no exime de responsabilidades. Tenían que haber sido más incisivos y no haberse dejado llevar porque eran los representantes de los ciudadanos".