José Luis Olivas ha presentado esta tarde su dimisión como presidente de Bancaja y de la Fundación ante el consejo de administración de la entidad, con un discurso en el que ha querido "dejar claro" que su objetivo siempre ha sido defender los intereses de Bancaja y su grupo. Ha afirmado que es consciente de que durante estos ocho años "han ocurrido cosas difíciles de explicar y de entender en este momento".

El ya expresidente de la entidad ha defendido que durante los más de ocho años que ha estado al frente de esa entidad como presidente no ejecutivo "no he tenido más objetivo que servir con la mayor lealtad, dedicación y desinterés personal, pensando siempre que al hacerlo estaba también, de alguna forma, sirviendo a los intereses de la Comunitat Valenciana". En este sentido ha recordado "que hemos pasado en España y en la Comunitat Valenciana de una larga época de gran crecimiento económico, a otra en la que nos encontramos ahora y en la que estamos sufriendo la crisis económica más grave, probablemente desde los años cuarenta".

En un discurso facilitado por Bancaja, ya que el Consejo de administración se celebra a puerta cerrada, Olivas se ha referido a "una nueva realidad histórica y económica" que ha desembocado en el "el mayor proceso de reordenación del sistema financiero de nuestra historia, especialmente en el sector de las Cajas de Ahorros".

En un repaso de la historia del proceso que llevó a Bancaja juntarse en un SIP con Caja Madrid, ha defendido la valoración que se hizo de la caja valenciana por la firma Deloitte. "Se utilizó toda la información disponible, incluyendo las auditorías y las inspecciones del Banco de España, incluso las que estaban abiertas en ese momento y que se cerraron durante el proceso. Una vez obtenida la valoración relativa, se llevó a cabo el proceso de revisión "due dilligence" (auditoría de compra)", ha recalcado.

En su despedida también ha abordado la situación de Banco de Valencia al asegurar que desde el primer momento de la negociación se ocupó "personalmente de que, a pesar de que Bancaja Inversiones S.A., propietaria del 39% por ciento de las acciones, pasara a integrarse en el Banco Financiero y de Ahorros", el Banco de Valencia "siguiera manteniendo cierta autonomía e independencia". "El resto de la historia reciente del Banco de Valencia es conocida por todos y me abstengo de comentarla, aunque lamento profundamente lo ocurrido", ha reconocido.

También ha hecho referencia a la "incomprensión que han generado algunas de las decisiones que hemos tenido que tomar, especialmente en estos dos últimos años". Finalmente Olivas ha agradecido "el apoyo recibido por el president de la Generalitat Valenciana", Alberto Fabra, "para defender los intereses de Bancaja y del Banco de Valencia".

Olivas se había mantenido en el cargo tras haber renunciado a la vicepresidencia de Bankia y su matriz Banco Financiero y de Ahorros el pasado noviembre con la intervención de Banco de Valencia, en el que Bancaja tenía un 27% de participación, por parte del Banco de España.

El actual vicepresidente de la caja valenciana, Antonio Tirado, se perfila como sus sustituto de Olivas al frente de la entidad.

Una dimisión 'cantada'

La dimisión de Olivas como presidente del Banco de Valencia en octubre de 2011 sin consultarla con Rato, según fuentes financieras, provocó un distanciamiento entre ambos y sólo mantuvo la vicepresidencia de Bankia y del BFA un mes más. Las mismas fuentes venían señalando que la salida de Olivas de Bancaja, "estaba cantada" pero en un consejo de administración de esa entidad celebrado el 22 noviembre, y en el que dio cuenta de los cargos que había dejado, indicó que continuaba con la presidencia.

Un día antes el Banco de Valencia se convertía en la primera entidad bancaria intervenida por el Banco de España desde el inicio de la crisis, tras detectarse un "agujero" de unos mil millones de euros, que fueron aportados por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).

Desde la dimisión de Rodrigo Rato hace dos semanas al frente de Bankia, distintas fuentes financieras apuntaban a la salida de Olivas pero éste se ha mantenido sin hacer ninguna declaración. La imputación de Olivas y otros veintiséis directivos del Banco de Valencia acusados de formular cuentas falsas ya reactivó en marzo los rumores sobre el cese inminente del banquero como presidente de Bancaja, que había resistido durante meses las presiones para dejar vacante su último cargo.

Además, el pasado lunes, una junta extraordinaria de accionistas del Banco de Valencia acordó emprender acciones judiciales para depurar responsabilidades de algunos de los antiguos responsables de esa banco, entre ellos Olivas, y del actual vicepresidente, Antonio Tirado, nombre que desde esta mañana suena como sustituto para la presidencia de Bancaja.

Olivas llegó a la presidencia de Bancaja en enero de 2004 tras dejar la Presidencia de la Generalitat en el periodo de transición entre la salida de Eduardo Zaplana para ser ministro de Trabajo y la llegada de Francisco Camps tras las elecciones autonómicas.

El beneficio neto individual de Bancaja en 2010 ascendió a 102 millones de euros, con un descenso del 33,9 % respecto al ejercicio anterior, tras dotar 1.004 millones de euros para sanear activos y para las prejubilaciones previstas tras la integración en el Banco Financiero y de Ahorros (BFA).

El resultado de explotación fue un 18,6 % superior, hasta alcanzar los 326 millones de euros, durante 2010, el último ejercicio antes de comenzar a operar en el Banco Financiero y de Ahorros, que agrupó a Bancaja y Caja Madrid, y las cajas Insular de Canarias, Laietana, Ávila, Segovia y Rioja, y que dio origen a Bankia.