Para una persona que creyó contratar una imposición a plazo fijo completamente garantizada no resulta nada fácil aceptar que ahora sus ahorros deban convertirse en acciones que fluctúan libremente en el mercado, con la posibilidad de que sufran grandes pérdidas, si quiere tener la opción de disponer de su dinero. Es la difícil situación en la que se encuentran cientos de miles de pequeños ahorradores -hasta 700.000 familias en toda España, según Adicae- que compraron en su día participaciones preferentes y a los que ahora las entidades les están proponiendo canjear estos títulos por otros supuestamente más líquidos pero menos seguros.

De esta forma la banca trata de reducir el malestar de sus clientes, que se han visto atrapados por el cierre de los mercados que les impide vender con normalidad sus preferentes -aunque muchos lo desconocían se trata de títulos de deuda perpetua por lo que es necesario colocarlas a otro inversor para recuperar el dinero-, pero también aprovecha para resolver sus propios problemas. Con la transformación de los títulos en acciones o bonos convertibles consiguen reforzar su capital para cumplir con las nuevas exigencias de solvencia del Gobierno central y de la Autoridad Bancaria Europea.

"Si la preocupación fueran los clientes lo más honesto habría sido proponer un canje de preferentes por un depósito a plazo fijo a uno o dos años, que es lo que estos clientes realmente querían. Está claro que ha primado el interés de las entidades", se lamenta Pau Montserrat, experto en finanzas y director del portal especializado iAhorro.com.

A pesar de ello, Montserrat tiene claro que, tal y como están las cosas, lo mejor es aceptar los canjes que se proponen, aunque se pueda perder algo de dinero. "Es el mal menor y por desgracia los afectados no tienen muchas más opciones. La alternativa es quedarte con unos títulos que no sabes cuándo se amortizarán -si es que la entidad emisora decide amortizarlos algún día- o que acabarás vendiendo igualmente por debajo de su precio, porque ahora cotizan a la baja", señala el experto. En los casos más extremos, como sería el de la CAM, los propietarios de preferentes ni siquiera tendrían derecho a recibir los intereses pactados ya que la entidad ha entrado en pérdidas.

Los inversores parecen pensar lo mismo porque, hasta el momento, todos los intercambios que se han puesto en marcha han conseguido una notable aceptación. Así, Santander, BBVA, Caixabank o Sabadell ya han realizado canjes de preferentes exitosos y también ha trascendido que Bankia estudia una medida similar. Igualmente, se espera que los propietarios de preferentes de la CAM reciban una propuesta cuando el Sabadell tome el control de la entidad.

Propuestas diferentes

No obstante, no todas las operaciones ofrecen las mismas condiciones. La opción más sencilla fue la del Santander, que canjeó el 100% del nominal de las preferentes por su equivalente en acciones, tomando como referencia la cotización media de la semana en que se realizó el intercambio.

El Sabadell también propuso un canje similar, solo que en su caso la conversión se realiza en dos plazos. Quienes aceptaron el canje recibieron el 90% del nominal de sus preferentes en acciones y, si las mantienen al menos un año, dispondrán del restante 10% más dos puntos adicionales como bonificación. Así se quiso evitar que los inversores vendieran masivamente los títulos y su precio se desplomara en la Bolsa.

El BBVA optó por entregar obligaciones convertibles con un interés superior al que tenían sus preferentes y con el compromiso de transformar la mitad de ellas en acciones ordinarias en junio de este año, y la otra mitad en 2013.

Por su parte, CaixaBank ha protagonizado el intercambio más polémico. La entidad presidida por Isidre Fainé pagará el 30% del valor de las preferentes en obligaciones convertibles como las del BBVA y el restante 70% con deuda subordinada a diez años, que "no es precisamente el plazo más adecuado para las personas de avanzada edad, que representan la mayoría de los propietarios de este tipo de títulos", apunta Fernando Herrero, secretario general de la asociación de usuarios de banca Adicae.

Herrero no es tan rotundo en su recomendación como Pau Montserrat y señala que "cada caso es diferente, según las circunstancias personales y la urgencia de recuperar la inversión". Sin embargo, sí quiere dejar claro que la aceptación del canje no implica en ningún caso "una renuncia a emprender acciones legales contra la entidad si entiende que le vendieron las preferentes de forma fraudulenta".

Al respecto, hasta el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Julio Segura, reconoció esta semana que hubo "problemas" en la comercialización de estos títulos, de los que se llegaron a emitir más de 30.000 millones de euros. Generalmente, el engaño consistía en asegurar que las preferentes eran similares a depósitos a plazo fijo.

Ante el revuelo organizado, Segura también anunció que vigilará con lupa los canjes y que vetará aquellos en los que se ofrezcan a los clientes productos aún más complejos que las preferentes, como los bonos convertibles contingentes, los famosos "Cocos" que se están poniendo de moda en círculos financieros. Estos son bonos con una remuneración variable y que, en caso de necesidad, se transforman automáticamente en acciones.