A medida que la crisis se alarga y la falta de oportunidades laborales se enquista en el mercado de trabajo de la provincia, los balances del desempleo arrojan cifras cada vez más preocupantes. Los últimos de la Encuesta de Población Activa (EPA) para Alicante reflejan que en el tercer trimestre del pasado año un 44,6% de los parados (aproximadamente, dos de cada cinco) perdieron su empleo hace más de un año.

Si se tiene en cuenta que son 212.400 los alicantinos que se encuentran en situación de desempleo, los parados de larga duración representarían más de 94.700. Son casi unas 100.000 personas y sus familias que desde hace más de doce meses sobreviven con la prestación del paro, en el mejor de los casos, o con los subsidios de supervivencia de los 400 euros.

Esta cifra no sólo se revela abultada, sino que, además, representa un aumento del 54% en relación al mismo trimestre de 2009. Entonces, los parados de larga duración suponían el 28% (61.488) del total de 219.600 desempleados.

Además, el perfil de uno de los colectivos más castigados por la crisis y los despidos derivados de los cierres o reducciones de plantillas de las empresas han sido trabajadores de entre 25 y 44 años (65,8%). "Y una parte muy importante de ellos ha perdido la prestación por desempleo o cobran una ayuda asistencial", subrayaba Salvador Roig, responsable de CC OO en l´Alacantí-Les Marines.

Son, entonces, las familias o las instituciones benéficas las que se convierten en verdaderos salvavidas de estas familias acuciadas por la falta de ingresos. Los sindicatos vienen alertando de que si, como se prevé, la situación de crisis persiste, aumentan las políticas de recortes de las administraciones públicas y, finalmente, se impone por decreto una reforma laboral, las cifras del paro "se dispararán y aumentará espectacularmente el colectivo de parados de larga duración", advertía Roig, quien añadía que en muchos de los casos la coyuntura actual está situando a las familias en el umbral de la pobreza, además de abocar a los desempleados de larga duración hacia la economía sumergida.

Medidas de estímulo

Para corregir esta situación, los sindicatos vienen reclamando a la Generalitat políticas activas de empleo y al Gobierno central medidas de estímulo para que se cree un escenario que permita la creación de puestos de trabajo.

Por otra parte, si la recesión económica ha golpeado con fuerza a los empleados que se encuentran en la plenitud de su vida laboral, las estadísticas también evidencian que la crisis ha taponado el acceso mercado de trabajo a muchos alicantinos: jóvenes y mujeres, fundamentalmente, amas de casa que con la caída de los ingresos familiares por la escalada del paro han puesto su objetivo en buscar un empleo para poder llegar a fin de mes.

Este colectivo que demanda su primer puesto de trabajo suma ya más de 20.300 personas en la provincia. Además, su número se ha multiplicado con respecto al tercer trimestre de 2009 en que los 11.419 alicantinos que se encontraban en esta situación suponían el 5,2% de los 219.600 parados de entonces, según la comparativa de los datos de la EPA.

A finales de esta semana se conocerán los datos de la Encuesta correspondientes al último trimestre del pasado año y si se cumplen las cifras que apuntó el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, hace una semana en Sevilla, al cierre de 2011 serán 5,4 millones los trabajadores sin empleo. España habrá superado, así, la barrera de los cinco millones y habrá rebasado ampliamente los 4,9 millones del trimestre anterior.

CC OO alerta de que si se alcanzan esas cifras en un escenario con un deteriorado mercado laboral, la situación puede agravarse, sobre todo, para los colectivos que llevan más de un año sin empleo y para los que han agotado las prestaciones del paro.

Las altas laborales en el régimen general bajan, pero repuntan en el de autónomos

El paraíso laboral que representaba la provincia en los años del "boom" inmobiliario para la mano de obra extranjera se desvanece cada año de crisis que pasa. Alicante ha perdido 11.776 cotizantes foráneos, si se comparan los 81.956 dados de alta en la Seguridad Social en diciembre de 2008 con los 70.180 con que cerró el pasado año, según los último datos del Ministerio de Empleo. En ambos ejercicios más de la mitad de las bajas provenían de los trabajadores extracomunitarios, mientras que las afiliaciones de trabajadores de la Unión Europea rondan el 42%. Esta proporción se ha venido repitiendo desde que estalló la "burbuja" inmobiliaria, fundamentalmente, porque una gran mayoría de trabajadores no comunitarios encontró empleo en las miles de obras de edificios residenciales que proliferaban en la provincia en la época de bonanza económica. Pero el "pinchazo" de la construcción expulsó a muchos de ellos del mercado laboral y los envió a las colas del paro. Sólo la pérdida de 1.599 afiliaciones de foráneos al régimen general de la Seguridad Social, que cerró 2011 con 42.232 inscritos- evidencia que la "sangría" de la destrucción de empleo aumenta. Por contra, el de autónomos -con 14.176 afiliaciones- y el de los empleados del hogar -con 4.281- se han convertido en sectores refugio, al haberse mantenido o repuntado un 2,4%, en el caso de los emprendedores.