Los posibles compradores de la CAM empiezan a revelar sus cartas ante el inminente vencimiento, el próximo lunes, del plazo otorgado por el Banco de España para comunicar el interés por participar en la subasta. Así, ayer el consejo de administración de CaixaBank acordó presentar una oferta inicial para hacerse con la entidad alicantina, lo que le devolvería el primer lugar entre las cajas de ahorros españolas que ahora le ha arrebatado Bankia.

Sin embargo, el elevado riesgo inmobiliario asumido por la entidad alicantina y su alta tasa de morosidad -del 19,5%-, siguen suscitando muchas dudas entre otros posibles compradores, como el BBVA. Aunque se da por hecho que el banco presidido por Francisco González también participará en la primera fase de la subasta, desde la entidad sostienen que no entrarán en la puja final si el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) no garantiza un mecanismo que cubra "todos los posibles riesgos" de la operación, una condición que no se cumpliría con el Esquema de Protección de Activos (EPA) ofrecido en el cuaderno de venta de la CAM.

En este documento, además de las primeras pérdidas, que se absorberían con las propias provisiones de la caja, el fondo público se compromete a cubrir el 80% de los números rojos que genere la cartera crediticia de la entidad hasta un importe de 2.500 millones; y en el caso de que las pérdidas superen esa cifra, la cobertura aumentaría al 90%. La EPA tendría una duración de diez años -el doble que en Cajasur o Caja Castilla-La Mancha- y el FROB también abre la puerta a solicitar una línea de crédito de 2.800 millones para hacer frente a los próximos vencimientos de deuda de la CAM, además de los 3.000 millones aprobados en el momento de la nacionalización.

Lo cierto es que el BBVA no es el único que teme el alto coste de quedarse con la CAM y el duro castigo que los mercados proporcionarán al comprador. Tal y como avanzó el pasado miércoles este diario, algunas entidades han planteado también la creación de un "banco malo" con los activos tóxicos de la caja alicantina, que se quedaría en manos del FROB para su liquidación, mientras que el resto del negocio sería el que saldría a subasta. Los activos segregados serían, básicamente, los créditos a promotores que suman 12.677 millones, de los que la mitad ya están en situación de mora.

La BBK, sin interés

Entre los posibles candidatos a comprar la CAM también ha sonado con fuerza en las últimas semanas la fusión de las tres cajas vascas, que lidera la BBK. Sin embargo, fuentes oficiales de la entidad señalaron a este diario que, "en estos momentos, no existe ningún interés por participar en ninguna subasta", unas afirmaciones que contrastan con las intenciones expresadas en público por el presidente del grupo, Mario Fernández, en los últimos días. Sin ir más lejos, el pasado domingo Fernández aseguraba en una entrevista que iban a estudiar las oportunidades que ofreciera el mercado para crecer mediante la compra otras entidades, como ya hizo con la cordobesa Cajasur, que se adjudicó a cambio de una EPA de 392 millones. Su objetivo es convertirse en la tercera caja de ahorros y duplicar su volumen de activos actual, de unos 76.000 millones.

Por su parte, el Santander rechaza realizar ningún comentario pero en el sector financiero se asegura que también estará en la carrera por la CAM, aunque quizás a través de su filial Banesto.

En cuanto a CaixaBank, el acuerdo de ayer es para realizar un oferta de interés inicial, lo que le permitirá tener acceso a los libros de la caja alicantina para decidir si presenta una puja definitiva, de carácter vinculante. En todo este proceso el equipo presidido por Isidre Fainé estará asesorada por el banco de negocios JP Morgan.

Más de 20 interesados

En total, más de una veintena de entidades han solicitado el cuaderno de venta de la CAM distribuido por Merrill Lynch para valorar una posible oferta, según informa EFE. Más de la mitad eran bancos extranjeros con interés en tener presencia en España.

Aegon comienza los trámites para romper su alianza

A los numerosos problemas que acumula la CAM, con unas pérdidas declaradas de 1.136 millones en el primer semestre e intervenida por el Banco de España, la entidad debe sumar ahora la indemnización de cerca de 600 millones que le exige la aseguradora Aegon. El grupo holandés quiere romper la sociedad que mantiene con la caja -Mediterráneo de Vida y Pensiones- en virtud de una cláusula del contrato que le permite esta opción si la CAM pierde el control de su negocio, como ocurre en estos momentos, al encontrarse nacionalizada. Aegón ya intentó acabar con esta alianza cuando la caja alicantina se alió con Cajastur. Ahora estaría dispuesta a recurrir al arbitraje.redacción alicante