La difícil situación que deberá afrontar el Partido Popular cuando asuma el poder quedó hoy de manifiesto en la primera sesión de los mercados tras su victoria, que se saldó con una fuerte caída en bolsa y una subida de la prima de riesgo.

El resultado electoral no afectó a los mercados, que ya lo habían descontado desde hacía semanas, pero sí las dudas sobre la viabilidad de la zona euro, que hoy vivió otra jornada de pánico inversor.

De hecho, el IBEX-35 -el principal indicador del mercado continuo español- sufrió la mayor caída del mes de noviembre y se dejó un 3,48 por ciento, hasta los 8.021 puntos.

Por su parte, la prima de riesgo española subía a 464 puntos básicos, por encima de los 441 puntos del pasado viernes.

Ajenos a la sólida victoria del PP, los mercados prefirieron centrarse en los frentes que tiene abiertos la zona del euro, personificados en la oposición alemana a la creación de eurobonos y la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) se convierta en prestamista de última instancia de los Gobiernos.

Asimismo, la precaria situación del Gobierno italiano, la posibilidad de que Francia sufra una rebaja en su calificación crediticia y la informalidad de las autoridades griegas eclipsaban el triunfo electoral del PP, a la espera de conocer cuáles serán las primeras medidas que adopte el nuevo Ejecutivo.

Tal y como señala John Hardy, estratega de Saxo Bank, la confusa situación provocada por Grecia e Italia ha minado la confianza y ha vuelto a demostrar que la estructura de la UE sigue siendo muy frágil.

Mientras Alemania o el BCE no muestren una posición más activa por lo que respecta a los eurobonos, prosigue el analista, parece probable que el riesgo de ruptura de la zona del euro aumente día a día.

Desde Inversis apuntan a más compras de deuda por parte del BCE como una manera de ganar tiempo pero no como "la solución definitiva", dado que la posibilidad de que el BCE actúe como prestamista de última instancia para los Gobiernos exigiría un cambio en los estatutos del organismo.

Esta solución, a la que se opone decididamente Alemania, aportaría una "capacidad de fuego" casi ilimitada y favorecería la estabilidad financiera, indica Hardy.

El departamento de análisis de Bankinter indica que el mercado está expectante ante "la solidez y credibilidad de los primeros mensajes que lance el equipo económico de Mariano Rajoy", ya que sobre la victoria del PP el mercado no albergaba duda alguna.

Por otra parte, la "hipoteca" impuesta por el ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi a su sucesor, Mario Monti, sobre las reformas pendientes por el país transalpino pasaba también factura a los mercados, preocupados por la advertencia de la agencia de medición de riesgos Moody's a Francia sobre una posible rebaja de su calificación en caso de que persistan los altos costos de financiación de su deuda.

A las dificultades para cerrar o encauzar la crisis en la zona del euro se sumaba la incapacidad de la Cámara de Representantes de Estados Unidos para alcanzar un acuerdo sobre la reducción del déficit en 1,2 billones de dólares.

El estratega de Citi José Luis Martínez Campuzano destaca la velada amenaza lanzada por Berlusconi sobre Monti, al que ha advertido sobre "la fragilidad del nuevo Ejecutivo si va más allá de las medidas propuestas antes por su propio Gobierno".

En opinión de Martínez Campuzano, tanto los eurobonos como el apoyo del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera o del FMI son "instrumentos válidos para un debate intelectual pero están lejos de ser un instrumento definitivo contra la especulación".

Otro de los frentes que permanecía abierto era el de Atenas, del que la Comisión Europea (CE) aún no ha recibido las garantías por escrito de las fuerzas políticas griegas de que van a cumplir sus compromisos políticos y económicos a cambio de recibir el sexto tramo de ayuda internacional y el segundo rescate.

Grecia depende de la ayuda económica internacional para poder cumplir sus obligaciones financieras, pero el Eurogrupo ha bloqueado el desembolso del sexto tramo de ayuda, que asciende a 8.000 millones de euros, hasta tener por escrito dicho compromiso.