El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha dado un paso adelante y ha decidido tomar cartas en la crisis de la zona euro. Será la semana que viene, durante la reunión en la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, donde se reunirá con los líderes del Reino Unido, Francia, Brasil y Japón. La noticia la dio a conocer la Casa Blanca poco después de que los ministros de Economía de la eurozona desoyeran las peticiones del secretario del Tesoro estadounidense, Tim Geithner, quien participó en el encuentro del eurogrupo sin ningún éxito.

Según el comunicado de la Casa Blanca, Obama aprovechará la oportunidad para asegurar que la comunicación y la cooperación con los líderes europeos sigue siendo sólida antes de la reunión de los máximos responsables del G-20 en Francia en noviembre.

Las declaraciones de Obama esta semana se han dirigido en diversas ocasiones hacia la crisis de la eurozona. El martes, en una entrevista concedida a periodistas en Washington y que recogió la agencia Efe, el presidente estadounidense abogó por la unificación de criterios en la UE. "Europa debe tomar una decisión acerca de cómo conjuntar la integración monetaria con un conjunto más efectivo de políticas fiscales coordinadas", dijo. También se refirió al acuciante problema griego y señaló a España. Grecia, afirmó, es ahora mismo el "gran problema inmediato", pero "el mayor problema" es, según apuntó, "lo que pase en España e Italia si los mercados siguen arremetiendo contra esos países muy grandes".

Pero la respuesta europea está siendo la de la división interna. Buena prueba de ello la dió ayer la canciller alemana Angela Merkel, mientras crecen las voces, incluida la de la Comisión Europea, en favor de crear los eurobonos como fórmula para solventar la crisis de la deuda, Merkel reiteró su oposición a esas emisiones, ya que, en su opinión, son una respuesta equivocada a los problemas de la eurozona y no incentivarían a los países a trabajar duro y a mejorar su competitividad.