El exdirector general de Caja Mediterráneo (CAM), Roberto López, fue increpado en público el pasado fin de semana por un grupo de personas que se encontraban en un establecimiento deportivo al que el que fuera máximo directivo de la caja había acudido junto con un familiar.

El suceso se produjo el sábado por la mañana, cuando López se hallaba tomando clases de tenis junto al citado familiar en las pistas del Club Montemar de Alicante. Según testigos presenciales, un grupo de personas le abucheó e increpó, subiendo progresivamente de tono los insultos. López, al que algunos de los protagonistas del incidente llegaron a llamar "sinvergüenza" y a instarle a que abandonara el recinto, se marchó finalmente del establecimiento sin que el altercado fuera a más.

Entre las personas que en esos momentos se encontraban en el Club Montemar había trabajadores y extrabajadores de la CAM, aunque las fuentes que informaron a este periódico del incidente no supieron precisar si alguno de ellos participó en el mismo.

Roberto López abandonó la dirección general de CAM en medio de la fusión de la entidad con Cajastur y las cajas de Extremadura y Cantabria, pasando a ocupar un puesto en el banco creado tras esta alianza y dejando su cargo en la CAM a María Dolores Amorós, que en los últimos años había sido su "número dos".

Tras romperse esa fusión, al no estar Cajastur de acuerdo con las cuentas que presentaba la CAM, López permaneció en el banco, ya propiedad únicamente de la entidad alicantina, y meses antes de que ésta fuera intervenida se acogió al ERE aprobado por el Gobierno y abandonó definitivamente la caja con una indemnización neta de 3,8 millones de euros, a los que hay que sumar la parte correspondiente al plan de pensiones que la CAM firmó, al iniciarse la crisis en 2007, con la entidad AEGON, para su cúpula directiva, plan por un importe de 30 millones de euros y que garantizaba, según se ha informado, el cobro de una pensión vitalicia que en los cargos más elevados podía alcanzar los 360.000 euros al año.

La salida a la luz de estas indemnizaciones, el montante primero de las cuales lo dio a conocer este periódico el 27 de julio pasado, ha generado una intensa polémica y un fuerte rechazo social, dado que además han coincidido con la quiebra en la práctica de la entidad, de la que el gobernador del Banco de España llegó a decir hace dos semanas que "no vale nada" y que era "lo peor de lo peor".

López ha mantenido un absoluto silencio desde que la CAM fue intervenida, mientras que su sucesora en el cargo, que fue despedida sin derecho a indemnización y acusada por el órgano supervisor de manipular las cuentas de la caja y actuar en beneficio propio por haber llegado a un acuerdo con el presidente de la entidad, Modesto Crespo, que le garantizaba como directora general un salario anual cercano a los 600.000 euros y una pensión vitalicia de alrededor de 360.000 euros al año, emitió hace unos días un comunicado en el que negaba cualquier irregularidad y aseguraba que defendería en los tribunales su actuación.

El exdirector general, además, ha limitado al extremo su vida social desde que el escándalo de la CAM estalló. Sin embargo, el incidente del pasado sábado en las pistas de Montemar podría no haber sido el primero en el que se viera envuelto. Otras fuentes señalaron que hace unas semanas también se produjo en un centro comercial de Alicante un altercado similar, en el que Roberto López también fue increpado por algunas personas que le reconocieron, aunque, al contrario del que se produjo el sábado pasado, este otro suceso no ha podido ser contrastado por INFORMACIÓN.