La canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro griego, Yorgos Papandréu, se esforzaron ayer por vencer la resistencia de quienes son escépticos ante las perspectivas de éxito del rescate de Grecia y su mensaje consiguió que las Bolsas prolongaran su racha alcista. La confianza en que la eurozona adopte nuevas medidas para solucionar la crisis de la deuda provocó que el Ibex 35 anotara su tercera mayor subida del año, con un 4,04%, mientras que París y Fráncfort anotaron incremento superiores al 5%.

"No se trata de una inversión en los errores del pasado, sino en los éxitos del futuro", dijo Papandréu en Berlín, ante la cúpula empresarial germana reunida en el Día de la Industria Alemana, a la que garantizó que "Grecia cumplirá todos los compromisos adquiridos". "Podemos lograrlo. Podemos convertir la crisis en una oportunidad", afirmó el primer ministro griego durante el acto, en el que agregó que los helenos "tenemos el potencial" para conseguirlo.

Merkel, por su parte, manifestó sus respetos por los esfuerzos que está haciendo el Gobierno de Atenas y por las reformas estructurales que ha emprendido y subrayó que Europa y Alemania están inevitablemente unidas a Grecia por un destino común. "El euro es nuestro futuro común. Si a Grecia le va mal, a Europa no le irá bien y a Alemania tampoco, a más tardar a medio plazo", dijo la canciller.

De momento, Merkel considera que lo importante es lograr que los mercados financieros valoren los esfuerzos que se están realizando y vean que Grecia va por buen camino.

Merkel y Papandréu se enfrentaban a un auditorio escéptico, tal y como lo mostraba una encuesta previa realizada por la Confederación de la Industria Alemana en la que algunos asistentes se preguntaban si tenían sentido los esfuerzos por salvar a Grecia y si las medidas al respecto no habían llegado demasiado tarde.

En ese sentido, los dos discursos eran una especie de respuesta a una serie de preguntas que flotaban en el ambiente, y Papandréu, recurriendo a la mitología griega, admitió que también en su país muchos se preguntaban si se alcanzaría Ítaca o si todo no era nada más que un trabajo de Sísifo.

Ampliación del fondo de rescate

Papandréu reiteró su compromiso de cumplir con su parte en el proceso de rescate, pero agregó que para que este llegue a tener éxito se necesita también la ratificación en los parlamentos nacionales de los acuerdos de la cumbre europea de finales de julio y el apoyo de las entidades financieras. Por ello, hizo un nuevo llamamiento a los socios de la UE para que se apruebe la ampliación del Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF), que hoy será sometida a votación en la cámara baja finlandesa y el jueves en el Bundestag alemán.

Papandréu hizo también referencia al "doloroso camino" que debe recorrer el pueblo griego y a los esfuerzos que ha hecho hasta ahora su gabinete, con una drástica reducción del déficit del país en 2010, que, en el caso comparativo de Alemania, habría supuesto un ahorro equivalente a 125.000 millones de euros.

Merkel, por su parte, mantuvo su línea de rechazo a la alternativa de los eurobonos -que ella considera una colectivización de la deuda- como herramienta para salir de la crisis. Asimismo, Merkel rechazó que se hablé de una crisis del euro, aseguró que lo que se vive es una crisis de la deuda pública en diversos procesos de crecimiento y dijo que en el pasado se había trabajado de hecho con un modelo equivocado que aceptaba el endeudamiento como un medio para lograr crecimiento. La introducción del freno a la deuda en la Constitución alemana y posteriormente en la española fue mencionada por Merkel como un ejemplo a seguir en toda Europa.

La posibilidad de que la solución a la crisis de deuda esté más próxima y, sobre todo, de que la eurozona pueda adoptar nuevas medidas -como una bajada de tipos- disparó las Bolsas de todo el continente, que ya acumulan tres días de subidas. El Ibex 35 cerró en 8.531,9 puntos, un 4,04% más. París subió un 5,74%; Fráncfort, un 5,29%; y Milán un 4,9%.

polémica

Europa desoye las críticas de Obama

Europa rechazó ayer tajantemente las críticas del presidente de EEUU, Barack Obama, a la gestión de la crisis por parte de la zona del euro, aunque algunos gobiernos admitieron que no se ha actuado con la rapidez necesaria. "No acepto las lecciones dadas del otro lado del Atlántico sobre el origen de la situación en la que nos encontramos", dijo el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker. También la vicepresidenta española, Elena Salgado, recordó que en julio era EE UU quien "nos tenía en vilo". Desde Berlín, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, respondió a Obama que no cree "que los problemas de Europa sean los únicos problemas de EEUU". efe bruselas