Los líderes de Alemania y Francia reafirmaron ayer que Grecia sigue siendo parte "indivisible" de la zona del euro, mientras que Atenas se comprometió a aplicar con resolución las medidas para sanear la economía del país, que se encuentra al borde de la quiebra. "A la luz de los rumores de los últimos días, se destacó por todos que Grecia es parte indivisible de la zona del euro", indicó en un comunicado el portavoz del Gobierno.

El primer ministro griego, Yorgos Papandréu, la canciller alemana Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, mantuvieron una teleconferencia de 25 minutos en la que trataron la delicada situación por la que atraviesa Grecia. Merkel y Sarkozy se mostraron "convencidos" de que el futuro de Grecia está en la zona euro y así lo subrayaron en sendos comunicados hechos públicos en Berlín y París.

A cambio, el primer ministro heleno ratificó que cumplirá sus compromisos y aseguró que las medidas anunciadas recientemente para reducir el tamaño del sector público y el nuevo impuesto inmobiliario ayudarán al país a cumplir con sus metas para reducir este año el déficit al 7,6 % del PIB desde el 10,5 % de 2010. Con esas medidas esperan lograr 2.000 millones hasta finales de año que sirvan para cubrir un agujero presupuestario de 1.700 millones en las cuentas públicas.

"Las decisiones asumidas por el Consejo de Ministros (griego) en los últimos días y las medidas adicionales anunciadas llevan a conseguir los objetivos para 2011 y 2012", afirmó el Ejecutivo griego. Papandréu subrayó a sus socios que "Grecia está decidida a cumplir con sus obligaciones para garantizar así el completo cumplimiento del programa de apoyo", señaló el documento. El pasado mes de julio la Eurozona pactó un segundo rescate de casi 160.000 millones de euros, que se suma a los 110.000 millones del primer rescate de mayo de 2010.

Los temores de que Grecia se encamine a la bancarrota han sacudido a los mercados en los últimos días dado que el efecto contagio puede tener implicaciones incalculables sobre la economía de todo el planeta. Entre las recientes medidas adicionales aprobadas por Atenas figura una ola de fusiones y cierres de mas de 500 organismos estatales y semiestatales este año que emplean a 70.000 funcionarios, muchos de los cuales pasarán al estado de "reserva" por un año y pocos de ellos volverán a ser contratados. Además, a partir de octubre se impone un impuesto extraordinario sobre la propiedad inmobiliaria por dos años que deberá ser abonado incluso por desempleados y minusválidos con la amenaza de cortarles la luz.

Grecia también está a la espera de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) de vía libre a su parte del sexto tramo de 8.000 millones de euros del primer rescate de 110.000 millones.