El enigmático empresario valenciano Ángel de Cabo dio ayer un nuevo salto hacia el estrellato en el universo de los expertos en liquidación de sociedades en quiebra. La familia Ruiz Mateos anunció ayer que ha vendido las matrices del grupo industrial a la firma Back in Business 2011, una sociedad limitada controlada por De Cabo constituida el pasado mes de marzo en la factoría de empresas dormidas del también valenciano Ramón Cerdà y que cuenta con un capital social de apena 3.000 euros.

Con la operación, De Cabo se hace con el imperio de los Ruiz Mateos sin desembolsar un euro a cambio de asumir una deuda de 1.500 millones de euros y gestionar la negociación de los procesos concursales en los que están inmersas las empresas del grupo. La compra fue confirmada en un comunicado por Back in Business. Ninguna de las partes detalló qué compañías se han incluido en la adquisición, pero todo indica que afecta a aquellas para las que José María Ruiz Mateos y sus hijos no encontraban un comprador que garantizase su continuidad. Dhul, Garvey, Elgorriaga, Clesa, Hibramer o Trapa -todas en manos de los administradores concursales- formarían parte del paquete que ha cambiado de manos. De Cabo también controla ya muchos de los establecimientos hoteleros del grupo.

Nueva Rumasa inició su descenso a los infiernos en febrero de 2011, cuando la Seguridad Social inició el proceso de embargos de parte de sus activos por incumplimiento en los pagos. El grupo sufría desde hacía muchos meses tensiones financieras que le llevaron a poner en marcha ofertas de suscripción de pagarés de alta rentabilidad con el objetivo de lograr financiación de inversores particulares. A partir de la intervención de la Seguridad Social y la decisión de bancos como el Santander de no seguir refinanciando deuda, el conglomerado de sociedades de los Ruiz Mateos inició una cascada de solicitudes de concurso de acreedores y recibió una lluvia de reclamaciones de acreedores, incluidos muchas de las personas que compraron pagarés. El hundimiento del grupo reveló graves problemas de tesorería, endeudamiento y agujeros patrimoniales que en el caso de Dhul supera los 600 millones de euros.

Los administradores concursales han desplazado a la familia de la gestión de la mayoría de las empresas, centradas especialemente en el sector agroalimentario.

La entrada de Ángel de Cabo a través de Back in Business supone su consolidación como novio perfecto para empresarios en apuros que desean quitarse problemas de encima. De Cabo, a través de otra empresa pantalla, Posibilitium Business, ya se hizo el año pasado con el Grupo Marsans hasta entonces propiedad del ex presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferran, y socio Gonzalo Pascual. Posibilitium ha negociado la liquidación de Marsans y otras empresas del grupo en un polémico proceso que le ha costado varias demandas judiciales y el enfrentamiento con los administradores concursales que acabaron apartándolo de la gestión de las empresas.

Preocupación

La venta de Nueva Rumasa ha sido acogida con preocupación por las organizaciones sindicales. La Federación de Industria y Trabajadores Agrarios de UGT (Fitag) considera que el proceso se ha realizado "a traición, por la espalda" y sin el conocimiento de los trabajadores. Por su parte, el secretario de la Federación Agroalimentaria de CCOO, Jesús Villar, considera la venta un movimiento "especulativo" y "preocupante".

El patriarca dice que "malvende" a un precio "irrisorio"

La familia Ruiz-Mateos aseguró ayer que "se ha visto obligada a malvender" sus empresas a precios "irrisorios" como consecuencia de una "injusta, cruel, encarnizada y continúa persecución, nunca jamás conocida". En un comunicado, la familia ha argumentado que la operación -valorada en 1.500 millones-, supone unos precios "irrisorios" para unas empresas con activos valorados "en unos 6.000 millones de euros". La nota insiste en que la operación se ha llevado a cabo en beneficio de todos los acreedores, inversores de pagarés y empleados y "con un grave deterioro" de su patrimonio.

"Nuestra conducta siempre ha sido de buena fe y sujeta a la ley, nunca estuvo en nuestro ánimo defraudar a las personas que depositaron su confianza en nosotros mediante sus inversiones", ha subrayado José María Ruiz-Mateos. Así, el patriarca de la familia ha insistido en su "firme compromiso" con todos los inversores hasta hacer frente al reembolso de los pagarés.

El empresario ha señalado que una prueba de este compromiso es que se respetará la cesión de los derechos económicos de la antigua Rumasa, "a la que ya se han adherido gran parte de los inversores", aunque les cueste "sangre, sudor y lágrimas". EFEMADRID