Entre la preocupación por el futuro de la caja y un claro sentimiento de "repulsa" hacia los responsables de la gestión que ha llevado a Caja Mediterráneo (CAM) a la situación que atraviesa en la actualidad. Las sucursales de la enseña en Alicante afrontaron ayer una jornada tranquila aunque no exenta de duras críticas por parte de los usuarios hacia los puestos de mando de la entidad, intervenida por el Banco de España, tras conocerse las pérdidas de 1.136 millones de euros con las que se cerró el primer semestre del año.

Los temores iniciales con los que los clientes de la CAM afrontaron los primeros pasos del proceso, marcados por las dudas de que sus ahorros pudiesen verse afectados, han dejado espacio a una sensación "de indignación" y a la reivindicación de "pelear por el mantenimiento" de los puestos de trabajo y por el "peso" que la caja ha tenido hasta estos momentos, coincidían en señalar ayer diferentes usuarios.

Conocedores de los malos números que ha presentado la CAM en estos últimos meses, clientes como Ángel Manuel Vázquez hacían hincapié en la "preocupación" con la que están recibiendo las informaciones que rodean a la gestión de la entidad. Una situación que debe tener una "respuesta legal, en el caso de que sea pertinente, para que si se han cometido irregularidades no se queden sin investigar".

Instando a las diferentes administraciones públicas a actuar en la defensa de la caja, este usuario -al igual que la mayoría de los encuestados ayer por este diario- mostraba su confianza en la seguridad de sus ahorros, "ya que ahora está ahí el Banco de España que asegurará que los fondos no se esfumen". A este mensaje de calma se sumaba también ayer el personal de las sucursales, trabajadores que advirtieron de que esta "tranquilidad" se dejó notar a lo largo de una jornada que discurrió con normalidad, sin el "ajetreo que sí se vivió hace unos meses" en la etapa previa a la intervención.

Con la vista puesta en las plantillas, otros usuarios como Cristina Pascual incidían en que la mayor preocupación sobrevuela ahora sobre el mantenimiento de los puestos de trabajo. Un asunto que requiere las mayores atenciones. Esta idea la respaldaron también otros clientes como Mari Carmen Carrasco quien apelaba a cerrar filas en torno a la defensa de la caja y al "modelo de proximidad en la atención a los usuarios por el que se ha caracterizado esta caja, que es la de Alicante".

Con la confianza de que la entidad camine hacia tiempos mejores, otros clientes pedían a las instituciones que velen por "preservar el nombre de la caja", así como por tratar de "poner fin a este proceso de incertidumbre y de inestabilidad" al que se está sometiendo a los usuarios. Unas reivindicaciones acompañadas de la petición de "afianzar los programas y ayudas" que han caracterizado a la Obra Social de la CAM.