La salida de los países de economías más débiles de la zona euro "colapsaría" el sistema de la moneda única en su conjunto y "nadie podría soportarlo", afirmó hoy el experto del Organismo de la ONU para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), Heiner Flassbeck.

"Sería un desastre, tanto para los que saliesen como para los que quedasen dentro. De todos modos, el sistema financiero colapsaría totalmente mucho antes de que eso ocurriese", sostuvo el analista al presentar el informe anual de la UNCTAD, centrado en analizar los problemas de las políticas económicas tras la crisis de 2008-2009.

"¿Creen que la gente en España mantendría su dinero en los bancos si hubiese la más mínima sospecha de que su país saldría de la zona euro?", preguntó Flassbeck a los periodistas reunidos para la presentación del informe de su organismo.

Insistió que tal posibilidad sería insostenible para todos los países de la unión monetaria, incluso para los que están en mejor situación económica y se mantienen en la senda del crecimiento.

De manera hipotética, el especialista de la UNCTAD dijo que los países que quedasen fuera del euro, una vez en medio del caos que ello supondría, tendrían que depreciar hasta un 60 o 70 por ciento, "lo que significaría la muerte de las economías del norte de Europa".

"Sería fatal para la industria alemana. El 80 por ciento de las fábricas cerraría y el desempleo subiría de 3 a 8 millones de personas en cuestión de semanas", explicó, para luego recalcar que "todo ello no es realista".

Flessback indicó que la crisis económica en Europa no se debe a una cuestión de deuda, sino a la divergencia de las tasas de inflación.

"Una unión monetaria no implica una armonización de las deudas de los estados, eso es un factor marginal. Lo principal es tener un objetivo de inflación común", defendió.

Para conseguirlo, Alemania tendría que aceptar aumentar los salarios reales, algo que -aseguró- no ha hecho en los últimos quince años.