El ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, ha destacado hoy que España es uno de los países de la UE que más gasta en prestaciones por desempleo y ha dicho que el gasto por este concepto alcanzará los 30.000 millones de euros en un año.

Durante su participación en un curso sobre la reforma laboral en la Universidad Autónoma, Gómez ha explicado que la inestabilidad laboral provoca elevados costes sociales, especialmente las prestaciones por desempleo, que se "disparan".

No obstante, ha insistido en que no son ni la regulación ni las autoridades laborales las que han causado el elevado desempleo en España, sino que han sido las instituciones financieras.

El ministro ha precisado que dos terceras partes de lo que gasta el Ministerio es para el desempleo, sin tener en cuenta el gasto en la Seguridad Social.

Ha recordado que contra el paro no hay soluciones "mágicas", incluida la reforma laboral, y ha criticado a quienes abogan por un contrato único como panacea para los principales problemas laborales porque supone un cambio radical en la legislación y España sería el único país del mundo que lo tendría.

A su juicio, entre otras cosas, el contrato único reduce "fuertemente" el coste del despido en España porque elimina la tutela judicial en los despidos.

Para el ministro, los grandes problemas del mercado de trabajo son la falta de estabilidad, por la excesiva rotación en el empleo, el desequilibrio en el modelo de flexibilidad laboral y la dificultad de los jóvenes para acceder a un trabajo, especialmente entre los menos preparados.

Ha recordado que España sigue entre los tres primeros países de la UE con la temporalidad más alta y ha subrayado que dos de cada diez contratos temporales tienen además una duración inferior a una semana.

Ha subrayado que el paquete de reformas aprobado por el Gobierno (laboral, negociación colectiva y políticas activas) ha sido el "más intenso" desde la mitad de los años ochenta y ha criticado a quienes las tildan de "reformas a medias".

Al respecto, ha insistido en que los problemas laborales están condicionados a la situación económica y financiera que marcan la evolución cíclica de la economía.

"Es más importante la evolución de los tipos de interés que la norma laboral para crear empleo", ha señalado.

Respecto a la reforma laboral, ha precisado que, desde que se aprobó el pasado año, en más del 30 % de los ERE se ha recurrido a la reducción de jornada y no al despido.

En cuanto a la reforma de las políticas activas, ha señalado que si bien en España la protección por desempleo es "perfectamente equiparable" a la de Europa, no ocurre así con las políticas activas de empleo.

Según Gómez, los servicios públicos de empleo en España tienen 7.500 trabajadores frente a los 32.000 de Francia, los 75.000 en Gran Bretaña y los 70.000 en Alemania.