De mentalidad abierta, divertidos, vagos, locos y juerguistas. Así ven a los españoles la mayoría de europeos. Merecido o no, el tópico sigue muy presente y muchos turistas llegan a España con una idea preconcebida y casi imposible de rectificar.

«Cuando se les conoce, son buena gente, pero antes...». Christian, turista belga que visita por primera vez las concurridas playas de Benidorm, no se atrevió a terminar la afirmación y se limitó a sonreír con picardía. Su opinión, como la de algunos otros europeos, rompe el estereotipo, ya que considera que «los españoles son buena gente, y no son vagos, aunque tampoco pasan el día trabajando». Un juicio moderado en comparación con la sentencia de su compatriota James, que cree que «deberían centrarse más en las cosas importantes y respetar los esfuerzos del resto de países de la Unión Europea por mejorar la economía».

Algunos de ellos vienen por exigencias laborales, pero la gran mayoría busca en España un periodo de desconexión y diversión. «España, para mí, significa sol, fiesta, trasnochar y no tener ninguna preocupación», aseguró Justin, un turista inglés que visita este país por cuarta vez. Pero, ¿acaso todo esto no es sinónimo de vacaciones, sea cual sea el destino escogido?

La constante es tachar al español de vago y poco productivo, a pesar de que los datos reflejen lo contrario. Y una de las contadas excepciones viene de la mano de Alejandra, rusa de nacionalidad, que se describe como una «enamorada de la cultura española, sobre todo de Madrid y Benidorm», lugares que suele escoger como destino para sus periodos vacacionales. «Los españoles son personas muy abiertas de mente, sin prejuicios, divertidos y nada agresivos», añade Alejandra. Su caso, confiesa, es especial porque aunque es rusa de nacimiento, reconoce que su corazón «siempre será español».

Michael nació en Irlanda, pero a los cuatro años se trasladó a Alemania, país que le merece «un profundo respeto». Para él, el problema de los trabajadores españoles no radica en los periodos vacacionales ni en la prejubilación, sino en «el débil ritmo productivo, ya que la mayoría no sienten esa responsabilidad por el trabajo bien hecho y se dedican a dejar que las horas pasen hasta que termine su jornada laboral». Naiara, portuguesa de nacimiento, se muestra muy desconforme con esa opinión y considera que «los españoles no son vagos, sólo cómodos», es decir, que «exigen mucho más de lo que dan».

Variedad de opiniones, auque el tópico sigue aferrado a la idea y a la tradicional idea que se tienen algunos países europeos de España, mientras que los españoles lidian con perseverancia para que se les reconozca su trabajo, tal y como afirma Juan, un camarero que trabaja en una cafetería céntrica de Benidorm.

Con estas opiniones el mantenimiento de los los tópicos se hacen eternos pese a los datos. Frente a esta disparidad de opiniones, en algo sí se muestran de acuerdo: «los españoles saben exprimir la vida al máximo».