Hace apenas unas semanas la prestigiosa revista Time sentenciaba "el fin del trabajo barato en China" y se hacía eco del cada vez mayor número de empresas norteamericanas que estaban trasladando de nuevo su producción a los Estados Unidos desde el gigante asiático, ante el aumento de costes. Se trata de una situación que conocen bien los industriales alicantinos. También aquí en el último año se ha producido un goteo de empresas que anunciaban el regreso a la provincia de sus líneas de fabricación, primero en el sector del calzado y ahora también en el juguete.

Lo que ha ocurrido es bastante sencillo. Tras dos décadas de crecimiento vertiginoso, muchas provincias chinas han alcanzado ya un notable nivel de desarrollo, lo que ha incrementado los sueldos de los obreros y también ha fomentado la aparición de nuevos sectores económicos que compiten ahora por esos mismos trabajadores. "Es lo mismo que sucedió en España hace unos años. La pujanza se encuentra ahora en el sector de la construcción", señala la secretaria general de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal), Marián Cano. También los servicios -finanzas, turismo, etc- empiezan a cobrar cada vez mayor importancia. "China ha evolucionado", añade Cano.

A ello hay que sumar, igualmente, la revalorización de la moneda local, el yuan, o la escalada de precios del petróleo que repercute directamente en los costes de las materias primas y del transporte. La solución que ha encontrado el Gobierno chino para seguir manteniendo su ventaja competitiva es "trasladar parte de su industria a las provincias menos desarrolladas del interior", donde los sueldos siguen siendo baratos, según explica José Sanchís, gerente de la firma eldense Rebeca Sanver, que fue una de las primeras en anunciar su retorno.

Mustang o Termans son algunas de las que han seguido estos mismos pasos en el sector, y la juguetera Injusa se ha sumado a esta misma corriente recientemente.

Un servicio deficiente

Al problema de los costes se añaden, además, otras complicaciones debido a la dificultad para controlar la calidad de la producción a miles de kilómetros de distancia y la poca agilidad de este sistema. "Hace dos años llegamos a perder casi un 30% de las ventas porque nos servían partidas de mala calidad y, además, los pedidos llegaban tarde", asegura Sanchís, que también recuerda los problemas para conseguir personal dispuesto a trasladarse a China durante largas temporadas, lo que complicaba aún más el control.

Al respecto hay que tener en cuenta que sólo los grandes productores, como Apple y otros gigantes, tienen fábricas que trabajan en exclusiva para ellos y pueden supervisar todo el proceso. En el caso de los industriales alicantinos que emprendieron la aventura de marcharse al país asiático, la mayoría son simples clientes de unas factorías que trabajan para un gran número de empresas.

Los cambios en las tendencias de consumo y en los sistemas de producción también han influido en la decisión de regresar a casa que han tomado estas compañías, como señala el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Alicante, Josep Antoni Ybarra. "China aún puede fabricar muy barato pero no en el tiempo que requiere ahora el "pronto moda"", señala el experto. Así, recuerda que los modelos de cada colección se han multiplicado, que se hacen tiradas iniciales más cortas y que los fabricantes juegan mucho con la capacidad de reposición, "algo bastante difícil si tu fábrica está en la otra punta del mundo".

Del mismo modo, Ybarra señala que el calzado de más calidad, el de alta gama, también está volviendo a la provincia "porque te juegas la marcha y prestigio si tiene cualquier problema con las calidades de los materiales o de la fabricación del producto".

Una oportunidad

El sector del juguete es otro de los que está empezando a relocalizar su producción tanto en Estados Unidos, donde multinacionales como Wham-O volverán a fabricar, como en Alicante, donde Injusa ha hecho lo mismo. "El problema es saber hasta cuándo se van a mantener la actual coyuntura -precios altos del petróleo y del yuan- para saber si realmente sale a cuenta traerse la producción, si se rentabilizará la inversión necesaria", señala el presidente de la Asociación Española de Fabricante de Juguetes, José Antonio Pastor. En este sentido, Pastor es partidario de aprovechar la oportunidad para reindustrializar la provincia y que este sector económico gane peso.

Por este motivo, reclama a las administraciones "medidas" que favorezcan este regreso mediante rebajas "en las cargas sociales de las empresas" o potenciando algunas actividades necesarias para ese retorno, como sería el diseño y fabricación de los moldes.

Aún así, Pastor cree que "a China todavía le queda mucho recorrido" y, en este sentido, cree que son las empresas que mantienen parte de su producción allí y otra parte en España las que más provecho pueden sacar de esta situación. "No es lo mismo poner en marcha de nuevo toda una fábrica que ampliar la producción que ya tienes", señala. En estos momentos, el sector del juguete español fabrica aproximadamente el 60% de todos sus productos en Asia mientras que mantiene en Europa el 40% restante.

En esta línea, desde Avecal también apuntan que algunas empresas que quieren regresar se están encontrando con el problema de la falta de crédito y también con alguna dificultad para encontrar la necesaria mano de obra cualificada. "Hay cierta inquietud porque se ha perdido el oficio pero se están haciendo esfuerzos de formación", señala Marián Cano. Desde el sector del calzado también se han reclamado ayudas para favorecer el retorno de la fabricación, ahora está por ver si las administraciones sabrán ver la oportunidad.

¿Una escala pasajera hacia el Norte de África?

El regreso de las línea de producción a la provincia puede ser solo un fenómeno pasajero. Al menos así lo cree el catedrático de Economía Aplicada de la UA Josep Antoni Ybarra, que cree que muchos de estas fábricas se acabarán redirigiendo hacia el norte de África. "Allí tienes la ventaja de que la mano de obra sigue siendo barata -aunque no tanto como en Asia- y está mucho más cerca para poder controlar la calidad o para llegar a tiempo con los pedidos", apunta Ybarra. Europa del Este puede ser otro destino alternativo. "Habrá que ver qué sucede cuando pase la crisis", añade. También la secretaria general de Avecal, Marián Cano, tiene claro que, por muchas fábricas que se decidan a producir en Alicante, "nunca volveremos a la situación que se daba en los sesenta o setenta". En cualquier caso, Cano señala que "el sector se adaptará, como ya hemos demostrado que sabemos hacer. Lo importante es que seamos un centro de diseño y distribución como lo somos actualmente". De hecho, la representante del sector zapatero está segura de que la fabricación se distribuirá por varios puntos del planeta, para atender a los distintos mercados. También en China que, no hay que olvidar, "se está convirtiendo en un mercado de primer orden". Así, hay empresas como HP que mantiene su fábrica de ordenadores portátiles en el gigante asiático con la única intención de suministrar el mercado interno. No en balde, con un incremento del 12% anual en los salarios durante los últimos 10 años, ya hay un gran número de chino con un poder adquisitivo más que razonable. d. n. alicante