La agencia Standard and Poor's ha asignado este lunes a la deuda a largo plazo de Bankia un "notable bajo", la misma calificación que tenía su sociedad matriz, el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), que ahora cae tres escalones y se queda en un "aprobado bajo", a las puertas del 'bono basura'.

Según la información remitida por la entidad a la CNMV y la publicada por la agencia S&P, la deuda a largo plazo de Bankia pasa a estar clasificada como "A-", lo que significa que la entidad cuenta con una "fuerte capacidad de asumir sus compromisos financieros" y su sensibilidad al entorno adverso es "moderada".

Además, la perspectiva de la agencia sobre esta calificación es "estable", por lo que se disipa el riesgo de un posible recorte en el futuro próximo.

No obstante, S&P considera que Bankia, fruto de la unión de Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas, afronta varios retos a medio plazo como la implementación de los ahorros de costes derivados de la integración del grupo, el reforzamiento de capital a través de la salida a bolsa y el abaratamiento de la financiación mayorista.

La calificación de Bankia llega después de que su sociedad matriz, el BFA, le haya transferido la mayoría de sus activos y sólo se haya quedado con el suelo adjudicado, los créditos a suelos en situación dudosa y algunas participaciones empresariales.

Por eso S&P modifica la calificación del BFA y la degrada tres escalones hasta situarla en "BBB-", un aprobado bajo a tan sólo un peldaño del "bono basura".

No obstante, la agencia retira la perspectiva negativa, por lo que no deben esperarse recortes de la calificación en el corto plazo.

Con el traspaso de activos, el BFA se queda con 8.528 millones en emisiones de las siete cajas con aval del Estado y con 5.730 millones en emisiones subordinadas y 4.416 millones en participaciones preferentes suscritas por clientes.

Tanto las emisiones subordinadas como las preferentes emitidas por Caja Madrid pasan a estar dentro del grado de inversión "especulativo", el conocido como "bono basura".