Caja Mediterráneo logró un resultado de 39,8 millones de euros durante el primer trimestre del año, lo que supone un descenso del 49,8% sobre la cifra del mismo periodo del ejercicio anterior, cuando ganó 79,3 millones, según la información facilitada por la propia entidad. Se trata de una caída notablemente mayor a la que registraron la mayoría de las entidades en estos mismos meses y en la que también influyó que la CAM no registró ingresos extraordinarios por ventas de activos (participaciones industriales) en el periodo -al menos así lo aseguran desde la sede de Óscar Esplá- y que durante la mayor parte de este tiempo la caja estuvo volcada en la organización del frustrado grupo con Cajastur, y era la cabecera del SIP la que gestionaba el negocio.

Así, en este mismo periodo La Caixa redujo sus beneficios un 33%; Novacaixagalicia un 71,7%; el Sabadell un 22,3% o la Kutxa un 19,5%. Incluso los dos grandes vieron mermadas sus ganancias, aunque en mucho menor medida. El BBVA recortó sus resultados un 7,3% y el Santander un 5%. Por el contrario, Bankia y CatalunyaCaixa ganaron más pero en ambos casos se debió a las plusvalías por venta de participadas o de oficinas.

No obstante, hay que tener en cuenta que la cifra facilitada ayer por la CAM corresponde al beneficio consolidado, cuando el parámetro habitual empleado en otras ocasiones por la entidad ha sido el de "beneficio atribuido al grupo", que ayer no se dio a conocer.

En cualquier caso, las cuentas de la caja alicantina muestran el fuerte deterioro que ha experimentado su negocio durante el último año, a lo que hay que sumar los efectos de la reclasificación de más de 5.000 millones de euros en créditos que tuvo que realizar a finales de 2010 por orden del Banco de España. Así, el margen de interés, la principal fuente de ingresos de cualquier entidad financiera, cayó un 42,2% sobre las cifras del primer trimestre del año pasado, hasta los 160,6 millones; y el margen básico, que incluye las comisiones cobradas, también fue un 39% inferior, de 190,6 millones.

En ambos casos se observan los efectos de la parálisis de la actividad económica, del mantenimiento de los tipos de interés en niveles históricamente bajos y de la llamada "guerra del pasivo", que ha obligado a las entidades a ofrecer a sus clientes mayores rentabilidades para retenerles. Sin embargo, desde la entidad señalan que los descensos, en realidad, se produjeron a lo largo de 2010 y que si se compara con el último trimestre de ese ejercicio los números muestran una estabilización.

Igualmente, se asegura que las cifras de abril y mayo ya reflejan una cierta mejora debido a que el euribor empezó a subir en esa época, lo que facilita la generación de ingresos.

Algo similar ocurre con la morosidad que, tras comenzar 2010 en el 4,8%, acabó el año en el 8,7% fruto de la citada reclasificación de créditos. En los tres primeros meses de 2011 la CAM ha logrado contenerla e incluso reducirla ligeramente hasta el 8,5%. No obstante, la cifra sigue estando muy por encima de la media del sector de cajas, que está en el 5,96%, según los últimos datos del Banco de España (BE). La caja destaca, sin embargo, que su nivel de cobertura se encuentra "en niveles regulatorios máximos".

Coeficiente de solvencia

Uno de los efectos del deterioro del negocio y del aumento de la morosidad es la caída del coeficiente de solvencia de la caja hasta el 8,54%, muy cerca del mínimo legal del 8% que establece el BE y que si se rebasa puede conllevar algún tipo de actuación por parte del supervisor. No obstante, fuentes oficiales de la caja restaron importancia a este hecho y recordaron que, cuando se reciban los 2.800 millones de euros del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria previstos en su plan de recapitalización, el nivel de solvencia superará el 14%.

En cuanto a la concesión de créditos, el número de nuevas operaciones se situó en 37.261, un 32,2% más que en 2010, aunque el importe de las mismas cayó un 4,6%, según las mismas fuentes.

Gastos de personal

La directora general de CAM, María Dolores Amorós, aseguró que el citado plan permitirá situar el nivel de eficiencia de la caja "por debajo del 50%, con un nivel de ahorro recurrente de más de 200 millones de euros anuales de aquí al año 2015". Se trata de una cantidad de ahorros superior a la prevista inicialmente, que era de 120 millones, debido a las exigencias del Banco de España. De momento, entre enero y marzo lograron reducir un 1% los gastos de administración, que ascendieron a 181,5 millones.

La entidad prevé que estos recortes se aceleren en el momento en que el Ministerio de Trabajo le permita retomar las prejubilaciones, con las que abandonarán la caja alrededor de 850 empleados. A ellos se sumarán alrededor de otro centenar que se marcharán mediante bajas incentivadas.

Amorós también señaló que se está cumpliendo "de forma escrupulosa" la hoja de ruta marcada por el supervisor y destacó el "elevado potencial de creación de valor" de la entidad "dado su importante tamaño, su fuerte posicionamiento en su mercado y su elevado potencial de mejora de rentabilidad".