Las entidades financieras que reciban ayudas del FROB para alcanzar los nuevos requisitos de capital fijados por el Gobierno y que no pongan en marcha inmediatamente los planes de reestructuración para mejorar su solvencia serán vendidas. Así lo advirtió ayer el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, durante la asamblea anual del Instituto de Empresa Familiar (IEF) en la que defendió la actuación del organismo supervisor para garantizar la solvencia del sector financiero español.

En otras palabras, Fernández Ordóñez dejó claro que las entidades que van a recibir estas ayudas y en las que el Estado pasará a ser uno de sus accionistas principales -la CAM, Novacaixagalicia, Unnim o Catalunya Caixa- sólo podrán seguir su camino en solitario y con cierta independencia si aplican rápidamente recortes y ajustes que les permitan mejorar su eficiencia y garantizar su viabilidad.

"Se han hecho dos grupos de cajas, uno de cuatro o cinco donde el FROB debe entrar y estar ahí un tiempo, con planes de reducción y de reestructuración importantes. Si no los cumplen inmediatamente, habrá que venderlas y habrá que colocarlas en el mercado. Pero si los cumplen, se les da esa oportunidad", dijo Ordóñez ante las preguntas de los periodistas. En este sentido, el real decreto que regula del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) señala que el capital público podrá permanecer un máximo de cinco años en el capital de las cajas, que es el tiempo que tendrían las afectadas para recomprar estas acciones o bien señalar a quién quieren venderlas. De lo contrario, se subastarán.

Sin embargo, de las palabras del gobernador del Banco de España se deduce que sólo aquellas cajas que hagan los deberes correctamente dispondrán de este periodo de gracia.

Consejo de administración

Lo que todavía se desconoce es cuándo se producirá la entrada del FROB en el capital de estas cajas, al menos en el caso de la CAM, según se puso de manifiesto ayer durante el consejo de administración de la entidad. Al respecto, los responsables de la caja alicantina señalaron durante la reunión que aún no han recibido comunicación oficial sobre la valoración que realiza el FROB de la entidad y que determinará el porcentaje accionarial con el que se quedará a cambio de los 2.800 millones de euros de ayudas que concederá. Igualmente, la dirección y la presidencia de la CAM señalaron que siguen trabajando en la búsqueda de posibles socios privados para evitar que el Estado tenga la mayoría.

Durante su conferencia en Madrid, el gobernador del Banco de España resaltó que, aunque la reestructuración está limitada únicamente a una parte del sector de las cajas, ha generado "tal ruido" que ha suscitado dudas sobre si no deberían haberse adoptado medidas más drásticas. Fernández Ordóñez consideró que dichas dudas son "comprensibles", pero defendió la opción elegida por el instituto emisor español de condicionar las inyecciones de capital al cumplimiento de planes de reestructuración y redimensionamiento.

De lo contrario, afirmó, habrían podido registrarse "más desventajas que ventajas". "Si se hubiera inyectado capital en las cajas sin haber condicionado estas ayudas a un proceso, inevitablemente más largo, arriesgado y complejo, de reestructuración de estas entidades, ello no hubiera servido para resolver nuestros principales problemas", sostuvo el gobernador del Banco de España.

El máximo responsable del organismo supervisor financiero reconoció que la envergadura y complejidad de la reestructuración de las cajas de ahorros "no permite superar las dificultades de la noche a la mañana", pero consideró que una vez completado el proceso, se habrá culminado una de esas reformas que deben servir "para muchos años".