La Unión Europea sopesan pedir a los bancos y a las aseguradoras comunitarios que participen en el segundo plan de rescate de Grecia para evitar que sean los países de la eurozona los que tengan que asumir toda la carga de la nueva ayuda, según han explicado a Europa Press fuentes europeas.

Los socios de la eurozona ven inevitable este segundo plan de rescate, que se sumaría al actual de 110.000 millones de euros, por considerar que Atenas no podrá lograr financiación en los mercados el año que viene como estaba previsto por el agravamiento de su crisis de deuda. El nuevo rescate podría ascender a 60.000 millones de euros, según diversas estimaciones.

En concreto, los Gobiernos europeos quieren que las entidades financieras comunitarias, incluyendo las griegas, prorroguen el plazo de devolución de los préstamos concedidos a Atenas y compren los bonos griegos emitidos durante el periodo que dure el segundo rescate.

El modelo a seguir sería el de la denominada Iniciativa de Viena, el programa de apoyo para los bancos en crisis de los países del centro y el este de Europa aprobado en 2008. El plan incluía un gran paquete de ayudas de la UE y el Banco Mundial. A cambio, los bancos europeos se comprometieron a mantener su exposición a los países del este, recapitalizar sus filiales y prorrogar los plazos de pago si fuera necesario.

Los países de la UE son conscientes de que lograr un acuerdo similar con los bancos para Grecia no será fácil, pero pese a ello van a intentar que el sector privado participe en el nuevo rescate.

En todo caso, Bruselas sostiene que este pacto no sería equivalente a una reestructuración de la deuda griega porque tendría un carácter voluntario y no impondría descuentos a los titulares de bonos.

La UE sigue considerando que la reestructuración de la deuda griega no es una buena solución, no resultaría fácil y no sería técnicamente posible. Además, no eliminaría la necesidad de fondos públicos adicionales porque Grecia no podría acceder a financiación de los mercados durante un largo periodo de tiempo.

Antes de poner en marcha este segundo rescate, los Gobiernos europeos exigirán a Grecia que acelere las reformas estructurales y el plan de privatizaciones, tal y como pidió este miércoles el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn. También pedirán más esfuerzos en la lucha contra la corrupción y la evasión fiscal.

Asimismo, la UE estudia solicitar a Atenas que avale el segundo plan de rescate poniendo como garantía bienes públicos o los ingresos que vaya a lograr con las privatizaciones.

El segundo plan de rescate empezará a diseñarse en cuanto se conozcan los resultados de la misión de la Comisión, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional que se encuentra en Atenas para evaluar el grado de cumplimiento del plan de ajuste impuesto a Grecia a cambio del rescate y sus necesidades de financiación.

Se espera que la misión concluya que el programa tiene problemas en su aplicación. Para evitar nuevas especulaciones sobre la reestructuración de la deuda y más turbulencias en los mercados, los socios de la eurozona están pensando en desvelar los detalles iniciales del segundo plan de rescate durante la primera semana de junio.

De esta forma se eliminaría la incertidumbre y se abriría paso al pago del siguiente tramo de ayuda a Grecia de 12.000 millones de euros. La decisión final se adoptaría en septiembre u octubre.

La UE ya ha aprobado rebajar un punto, del 5,2% al 4,2%, el tipo de interés que Grecia paga por su rescate y prorrogar de tres a siete años y medio el plazo de devolución.