El Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la entidad que agrupa ahora el negocio de Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas de menor tamaño y que opera comercialmente con el nombre de Bankia, registró en el primer trimestre del año un incremento del 15,6% en sus beneficios respecto al mismo período de 2010 hasta sumar 195 millones de euros. Esta subida se ha producido gracias a los resultados extraordinarios procedentes, entre otros, de la venta de oficinas, que le generó unas plusvalías de 118 millones de euros, así como de las participaciones del 5% en Enagás y del 20% en la compañía de energías renovables Genesa. Estos ingresos no recurrentes se destinaron a reforzar las provisiones, que, en el caso de las dotaciones por deterioro de activos financieros, ascendieron a 413 millones.

Según la información facilitada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el crecimiento del beneficio coincide con un período en que el banco se ha volcado en mejorar su solvencia. Así, el "core capital" ha subido hasta el 7,34 % desdel 7,10 % que tenía al finalizar diciembre de 2010. Este aumento acerca a la entidad al 8 % que le exige el Banco de España si finalmente consigue salir a Bolsa -si no, debería llegar al 10 %-.

En un encuentro con la prensa madrileña para explicar los resultados, un portavoz del banco aseguró que la intención de sus responsables es salir a los mercados "cuanto antes" y por eso en junio podría hacer una gira internacional para explicar a inversores extranjeros el proyecto. El objetivo es empezar a cotizar en la primera quincena de julio, pero antes, probablemente en mayo, deben quedar definidos qué activos -los de peor calidad- se quedan en el BFA y cuáles -los mejores- se traspasan a Bankia. De momento, el BFA se queda con 22.839 millones en instrumentos financieros y se da por hecho que también con algunas participaciones como la de Iberdrola, aunque esto último aún no se ha comunicado al mercado.

Para garantizar el éxito de la salida a bolsa, el citado portavoz añadió que se estudia la posibilidad de colocar la mitad de las acciones entre minoritarios, a los que se les vendería en la red de sucursales de las siete cajas de Bankia y de alguna otra entidad.