La CAM acabó ayer la jornada con su propio banco bajo el brazo y con más pretendientes de los que muchos pronosticaban hace sólo una semana. Tras tres días de intensas y agotadoras negociaciones en Madrid, los directivos de la entidad alicantina lograron cerrar un acuerdo para poner fin de forma amistosa a su relación con Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura que le permitirá, además, quedarse con la ficha de Banco Base para poner en marcha su nuevo proyecto.

Mientras, los máximos dirigentes de BBVA y de Banco Sabadell confirmaban públicamente su interés por la CAM y hasta la aragonesa Ibercaja dejaba la puerta abierta a una posible alianza con la alicantina, aunque la veía poco probable. Eso sí, todos aseguraron que no tenían ninguna prisa por cerrar el acuerdo, lo que deja entrever que prefieren que sea el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) quien inyecte capital a la CAM en un primer momento para sanearla.

Tras el rechazo de las asambleas de Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria a seguir con la fusión, los equipos directivos y jurídicos de los ya exsocios llevaban desde el miércoles negociando la liquidación del proyecto. Uno de los principales puntos de fricción era determinar quién se quedaba con la ficha de Banco Base -la autorización que concede el Banco de España para ejercer la actividad financiera- que todos deseaban para acelerar la puesta en marcha de sus nuevos proyectos.

En el caso de la CAM, cualquiera de las alternativas que se barajan para su recapitalización pasan por la transferencia de su negocio a un banco para que pueda emitir acciones, y en cuanto a sus antiguos socios, también necesitarán una nueva ficha para poner en común sus negocios, tal y como pretender hacer. Al final será la entidad presidida por Modesto Crespo quien se quede con el Banco Base ya que el contrato de integración establecía que las entidades que abandonaran el proyecto debían vender su participación a los que permaneciesen. Eso sí, la CAM deberá desembolsar una cantidad cercana a los 12 millones, el equivalente al capital social inicial que estaba en manos del resto de componentes del SIP.

De no ser así, la caja tendría que haber iniciado los trámites para lograr una nueva ficha -lo que puede demorarse entre dos y cuatro meses- o tendría que haber sondeado el mercado en busca de alguna ficha libre, como parece ser la intención de Cajastur. Tras el acuerdo alcanzado ayer, las cajas quedan "liberadas de sus respectivas obligaciones", según el comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, y se ha suscrito un nuevo contrato "para la liquidación ordenada y de buena fe" del SIP.

En otras palabras, tras el traspaso de la ficha, se entenderá que "nadie debe nada a nadie" y se renuncia a posteriores demandas. También se ha firmado un acuerdo de confidencialidad dado que durante todo este tiempo las cuatro cajas han compartido toda su información. De esta forma, se pone fin a diez meses de una relación en la que asturianos y alicantinos nunca llegaron a entenderse.

Pretendientes a largo plazo

En cuanto a los posibles pretendientes de la CAM, el consejero delegado de BBVA, Ángel Cano, admitió ayer que el banco estudiará la posibilidad de adquirir la caja alicantina. "Como todo en la vida, depende del precio, hasta que no analicemos no podemos saber si genera valor o no", señaló sobre la operación tras participar en el XVIII Encuentro del Sector Financiero en Madrid, según informa Europa Press. En cualquier caso, dejó claro que se tomarán su tiempo: "No tenemos ninguna prisa, tenemos la ventaja de que no tenemos presión, lo que nos permite tomar las decisiones con mucha tranquilidad", señaló el primer ejecutivo del BBVA.

En términos similares se expresó el consejero delegado de Banco Sabadell, Jaime Guardiola, quien señaló que la entidad catalana está dispuesta a aprovechar las oportunidades que brinde la reestructuración de las cajas de ahorros para crecer y, en este sentido, estudiará la posibilidad de participar en la CAM. Para el banco catalán, que ya pujó por Cajasur, supondría prácticamente duplicar su volumen de activos, de unos 86.500 millones frente a los 74.000 de Caja Mediterráneo.

Por su parte, el director general de Ibercaja, José Luis Aguirre, al ser preguntado por una posible alianza con CAM, aseguró que "todos los proyectos" de acercamiento de otras entidades "pueden tener su encaje" pero pronosticó que "probablemente, su futuro sea seguir en solitario". Tras negarse a revelar si se ha producido ya algún contacto, apuntó que la aragonesa "estudia todas las propuestas que recibe". No obstante, es la única caja que no se ha embarcado en ningún proyecto de fusión hasta este momento.

En cualquier caso la intención de estas entidades, y también de otras que parecen haber mostrado interés, como el Santander, sería que la CAM recibiese una primera inyección de capital del FROB para sanear su balance o que se le otorgase un esquema de protección de activos para cubrir posibles pérdidas. De momento, la CAM ya ha solicitado 2.800 millones de euros al FROB.

La CECA ve necesaria la reestructuración

El director general de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), José María Méndez, aseguró ayer que el proceso que está llevando a cabo el sector de las cajas era "necesario", y defendió que las entidades "son conscientes" de que deban adaptarse a la nueva coyuntura para continuar siendo la mitad del sistema financiero. "Cuanto antes se ponga en marcha el sector de las cajas, mejor, porque muchos otros sectores van a tener que adaptarse", subrayó Méndez. ep madrid