La agencia de medición de riesgos Moody's ha rebajado la calificación de la deuda soberana española de Aa1 a Aa2 con perspectiva negativa debido al alto coste de la reestructuración del sistema financiero.

En su nota, Moody's explica que los costes de la reestructuración del sistema financiero serán mayores de lo previsto por el Gobierno, y provocarán un aumento del déficit.

Si bien el Gobierno ha estimado que el coste de reestructurar el sistema financiero en 20.000 millones de euros, Moody's eleva este cálculo hasta 40.000 o 50.000 millones de euros, y en un contexto de de grave crisis, hasta 110.000 o 120.000 millones.

Además, señala que el Gobierno tiene un control limitado sobre las comunidades autónomas, y recuerda que la recuperación de la economía española presenta perspectivas "sólo moderadas" de crecimiento a corto y medio plazo.

No obstante, la agencia reconoce el esfuerzo del Gobierno para mitigar las debilidades de la economía española, como la reforma de las pensiones o del mercado de trabajo, lo que explica que la rebaja no haya sido de más de un escalón.

También reconoce que la deuda española es sostenible y descarta que España tenga que acudir al fondo de rescate que la zona del euro ha creado para proporcionar liquidez a países con problemas.

Por lo que respecta a la perspectiva negativa, la nota explica que obedece al riesgo de que la recuperación de la economía española "se tuerza", dada su gran vulnerabilidad a las turbulencias del mercado por sus enormes necesidades de financiación, no solo para hacer frente a vencimientos de deuda soberana sino para financiar a las comunidades autónomas y a los bancos.

Asimismo, Moody's rebajó hoy la calificación del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) de Aa1 a Aa2 también con perspectiva negativa, dado que la liquidez de ese fondo depende enteramente del estado español.

Las obligaciones y los depósitos españoles no están afectados, prosigue la nota, por la rebaja aplicada hoy, y mantiene la nota de Aaa, la más alta que aplica Moody's y en línea con la calificación conjunta de la zona del euro.

La nueva calificación, la tercera más alta que aplica Moody's, supone una calidad buena, media-alta, de la deuda española, con una moderada sensibilidad a un entorno adverso.

En septiembre de 2010 Moody's retiró a la deuda española la máxima calificación AAA que mantenía, y en diciembre advirtió sobre una nueva revisión a la baja dadas las "altas necesidades de refinanciación".

Las otras dos agencias de medición de riesgos, Standard and Poor's (S&P) y Fitch, también retiraron su máxima calificación a la deuda española a largo plazo, en abril y mayo, respectivamente.