Este sábado José Luis Rodríguez Zapatero se comprometió ante los dirigentes de las 37 principales empresas españolas a acelerar las reformas económicas estructurales necesarias para iniciar y cimentar la recuperación económica, una reunión, que cerró una de las peores semanas para la economía española, en la que tambalea la deuda y Alemania declara su intención de no volver a ayudar a rescatar a ningún país, ni la “pequeña” economía portuguesa y mucho menos a la importante española.

Con este golpe de imagen, intenta satisfacer a empresas que generan el 40% del PIB español y calmar a los mercados, si lo consiguen será un arma de doble filo, ya que si no se producen estos avances el próximo castigo puede ser mucho mayor.

Así, según el presidente del Gobierno estas reformas tienen tres pilares el primero la reducción del déficit, ya en marcha, el segundo mayor rapidez el proceso de reforma del sistema financiero, una contradicción ante la petición por ejemplo del Gobernador del Banco de España de cerrar el FROB, se estima que por ejemplo, es necesario cerrar unas 9.000 oficinas y sólo vamos por 7.000 y las Cajas, el punto más débil del sistema, y sus organismos de gobierno no avanzan en la cesión de poder y las cuotas participativas son difíciles de colocar en este ambiente de turbulencias y tercero y más complicado, las reformas estructurales siempre más lentas y difíciles. ¿Cómo nos afecta?

¿Qué puede ocurrir?

En primer lugar, la reforma laboral se ha quedado en un extraño parálisis, con señales contradictorias como una huelga general que no fue un éxito para los sindicatos pero un cambio en el Ministerio de Trabajo de una persona contraria a la reforma. Los mercados empujarán a que esta parálisis se acabe y que se pase de este terreno de nadie al de las decisiones con un claro coste político.

Respecto al resto, existe otro gran “problema”, la demanda interna y los ingresos públicos, si estos últimos han subido por el aumento impositivo, especialmente del IVA, con menos dinero en nuestros bolsillos difícilmente se pueden mantener este aumento, y si se suben más los impuestos se retrae más el consumo y la recaudación por IVA e ingresos de las empresas.

Todo esto aumentado por la cara negativa del euro, que ahora mismo favorece a economías netamente exportadoras como es Alemania y que ya se refleja en el PIB, mientras que en España que dependemos de la demanda interna y más concretamente de la construcción.

Por ello, aunque 2011 no se plantea como un año de recuperación, si queremos que al menos circule dinero hacia empresas y ciudadanos, la confianza es muy importante para que las enormes necesidades de renovación de deuda se hagan lo más barato posible. Los mercados marcarán con los tipos de la deuda, gran parte del futuro económico de los próximos meses.

Antonio Gallardo. Director de Contenidos. www.iahorro.com Comparador de Bancos