El Ejecutivo comunitario pronostica que la tasa de paro en España seguirá subiendo en 2011 hasta situarse de media en el 20,2% y caerá ligeramente hasta el 19,2% en 2012. No obstante, señala que "se espera que la plena aplicación de la reciente reforma laboral reduzca la segmentación del mercado de trabajo y contribuya a reducir con el tiempo el paro estructural" y que la reforma también "ejerza un efecto restrictivo en el crecimiento de los salarios en el futuro".

La Comisión constata que la economía española "parece haberse estabilizado en 2010 pero todavía no se ha embarcado en una senda sólida de recuperación". "De cara al futuro, se espera que el proceso de desapalancamiento en marcha, el alto nivel de paro y el impacto a corto plazo de la consolidación fiscal en la demanda lleven a un crecimiento del PIB más débil que en otros países de la eurozona", insiste Bruselas.

En 2011 proseguirá el ajuste en el sector de la construcción, que sólo empezará a estabilizarse en 2012. "Aunque la reserva de viviendas sin vender seguirá siendo grande en algunas regiones, la capacidad de producción en la construcción de viviendas se estabilizará en 2012", afirma la Comisión. El Ejecutivo comunitario valora positivamente las reformas emprendidas por el Gobierno desde mayo, tanto el paquete de ajuste fiscal como la reforma laboral o la reestructuración de las cajas. "Cuando se apliquen plenamente, el efecto combinado de estas reformas debería aumentar el potencial de crecimiento y empleo y facilitar la reasignación de los recursos excesivos que fueron al sector de la construcción durante los años de la burbuja", afirma.

El hundimiento de la construcción ha provocado un aumento de la productividad este año pero Bruselas pronostica una nueva caída y reclama más inversión en innovación y formación, así como medidas para aumentar la competencia.

El Ejecutivo comunitario alerta de que existen riesgos que todavía podrían empeorar estas previsiones. "Una caída adicional importante y prolongada de los precios de la vivienda podría provocar un ajuste más profundo de lo esperado en el sector de la construcción, reducir la riqueza de los hogares y socavar la confianza de los consumidores", afirma la Comisión.