Los hoteleros de la Costa Blanca reaccionaron ayer con preocupación tras conocer la aprobación por el Gobierno británico del mayor recorte del gasto público desde la Segunda Guerra Mundial. Entre las medidas se prevé un ahorro de 83.000 millones de libras (95.000 millones de euros), la reducción del déficit del 11% hasta el 3% a lo largo de la legislatura y la eliminación de medio millón de empleos públicos.

Una coyuntura que pueda afectar directamente a los 2 millones de turistas británicos que eligen la provincia para disfrutar de sus vacaciones, sobre todo entre los meses de octubre y junio. Antonio Mayor, presidente de la Asociación Empresarial Hosbec (152 hoteles, 36 complejos de apartamentos turísticos y 11 cámpings) se mostró cauto ante las posibles repercusiones negativas para un sector en el que el turismo inglés es clave. No en vano, el 48% del tráfico aéreo del aeropuerto de El Altet tiene su origen en el Reino Unido. Un descenso de la llegada de turistas ingléses resultaría letal para una actividad que comienza a superar la crisis económica. El temor se centra, sobre todo, en la posibilidad de que la libra esterlina pierda valor sobre el euro.

Mayor señaló, en este sentido, que "lógicamente debemos estar preocupados porque el mercado turístico británicos es esencial para nuestros hoteles y para todo el conjunto de la economía de la provincia dada nuestra especial relación con Gran Bretaña". Sin embargo, el hotelero benidormí quiso lanzar también un mensaje de esperanza. "La verdad es que los hoteleros de Benidorm hemos superado ya muchas crisis del turismo inglés, soportado los efectos de huelgas durísimas en la minería de Gales y los ingleses han seguido viniendo. Nuestros precios son muy competitivos. Hasta tal punto que en invierno es hasta más barato vivir en un hotel de Benidorm que en Londres por los gastos de calefacción...", subrayó.

El presidente de Hosbec señaló que "estamos preocupados pero incluso podríamos hasta beneficarnos de los recortes. La cultura de los ingleses por las vacaciones es clara. Aquí nos llega hasta personas que están en el paro por lo que quizá pueda, incluso, beneficiarnos si los ingleses suprimen viajes largos y optan por la Costa Blanca, que está perfectamente conectada con los vuelos de bajo coste".

Atajar el déficit

El Gobierno británico dio a conocer ayer el mayor programa de austeridad en décadas, destinado a atajar el mayor déficit estructural de Europa, pero que tendrá como precio la supresión de casi medio millón de puestos de trabajo en el sector público.

En una declaración en la Cámara de los Comunes del Parlamento, el ministro británico de Economía, George Osborne, se marcó la fecha de 2015 para controlar las finanzas públicas y reducir la deuda del país, sin perjudicar sectores vitales como la sanidad, la educación y la cooperación internacional.

Osborne dijo que confía en atajar la deuda a fin de reducir los intereses que se pagan por ella, que estimó en 120 millones de libras (unos 136 millones de euros) diarios y 43.000 millones de libras (unos 49 millones de euros) al año. En cuanto a los empleos públicos, Osborne confirmó que la llamada Oficina de Responsabilidad Presupuestaria ha estimado en 490.000 los puestos que pueden eliminarse en los próximos cuatro años. "Parte de esto -dijo- se hará a través de cambios naturales, pues habrá puestos que no serán sustituidos cuando quede una vacante". "Pero habrá algunos despidos, esto es inevitable cuando el país se ha quedado sin dinero. Nos sentimos responsables por cada individuo que trabaja para el Gobierno y siempre haremos todo lo que podamos para ayudarles a encontrar un trabajo alternativo", agregó.

Gravamen bancario

Entre las medidas anunciadas se incluye la reducción de un 4% en la financiación de la Policía, mientras que se impondrá un gravamen bancario permanente y la edad de jubilación pasará de los 65 a los 66 en 2020.

El ministro dijo que el Gobierno de coalición formado por conservadores y liberaldemócratas ha conseguido desde mayo -cuando se celebraron las elecciones generales- sacar al país de la "zona de peligro" para situarlo en el camino de la "responsabilidad". "Hoy es el día en que el Reino Unido sale del abismo, cuando afrontamos las cuentas de una década de deuda", indicó.

Osborne explicó que serán necesarias reformas en el sector público, mientras que la población con los mayores recursos tendrá que hacer frente a la mayor parte de la carga que supondrá la puesta en marcha de este programa de recortes y, tercero, se dará prioridad a la inversión a fin de asegurar el crecimiento económico.

Estabilidad del país

Osborne agregó que habrá un control del gasto público, de manera que su ascenso sea moderado. Así, se prevé que en 2011 el gasto alcanzará 651.000 millones de libras (unos 742.000 millones de euros), 665.000 millones de libras (unos 758.000 millones de euros) en 2012 y 679.000 millones de libras (unos 774.000 millones de euros) en 2013, antes de alcanzar 693.000 millones de libras (unos 790.000 millones de euros) en el periodo 2014-2015. "Afrontar este déficit presupuestario es inevitable", puntualizó el titular de Economía, quien insistió: "echarse atrás ahora y abandonar nuestros planes sería el camino hacia la ruina económica. Nos aferraremos al objetivo. Vamos a asegurar la estabilidad de nuestro país. No vamos a llevar al Reino Unido al borde de la bancarrota".

Recortes en ministerios y del subsidio infantil

El Gobierno británico de David Cameron ya había anticipado que dejará de pagar el subsidio infantil para los hogares con los mayores salarios, medida que ha causado gran controversia porque era un aporte universal que no distinguía el nivel de recursos de las familias. Por sectores, el Ministerio de Empresas el recorte será de un 7,1% al año, en tanto que en Gobierno Local la reducción alcanzará el 7,1% anual, en Cultura el 41% y en Defensa el 8%. Sin embargo, Sanidad se verá beneficiado con un alza del presupuesto de 2.000 millones de libras (2.280 millones de euros) en cuatro años. efelondre