Cajastur está dispuesta a buscar una nueva redacción de los artículos más conflictivos del contrato de integración del Sistema Institucional de Protección (SIP) que pretende formar con la CAM y las cajas de Cantabria y Extremadura, que garantice sin ningún género de dudas la estabilidad en la dirección del nuevo grupo que nace a partir de este SIP, pero que al mismo tiempo despeje los recelos y las resistencias que han surgido con la actual redacción en el consejo de la CAM y que mantienen en el aire la "fusión fría" entre ambas cajas.

Los equipos jurídicos de Cajastur comenzaron ayer mismo a estudiar una formulación de las cláusulas del SIP que se refieren a los poderes del consejero delegado, bajo una doble premisa: que Manuel Menéndez, presidente de Cajastur y máximo ejecutivo del nuevo banco según el protocolo ratificado por las cuatro cajas, tenga asegurada la posibilidad de ejercer sus funciones sin estar al pairo de cambios coyunturales en el consejo del naciente grupo, pero que la CAM no interprete esta garantía de estabilidad como una imposición que pretenda humillarla. "Aquí no hay perdedor, debemos convencernos de que con esta operación el resumen es que todos ganan y nadie pierde", señalan fuentes conocedoras del proceso.

El consejo de la CAM, asesorado por el bufete Garrigués, rechazó el 15 de julio el contrato de integración propuesto por Cajastur porque entendía que esta entidad pretendía que su presidente disfrutara, como máximo ejecutivo del SIP, de poderes en la práctica irrevocables, algo que va contra el código de buen gobierno que utiliza, por ejemplo, la Comisión Nacional del Mercado de Valores. En concreto, dentro del punto 12 del articulado, la cláusula a la que la CAM consideraba inaceptable tal como está redactada es la 12.3.12 (ii), cuyo contenido, farragoso como cualquier documento jurídico, resumía de forma harto gráfica e irónica anteayer uno de los miembros más veteranos de la CAM: "Esa cláusula es como los carteles antiguos que había en algunas fábricas, esos que decían: artículo 1. El jefe siempre tiene razón. Artículo 2. En caso de que no la tenga, se aplicará el artículo 1".

Cajastur considera que esa no es la lectura correcta de dicha cláusula, que no pretende impedir que Menéndez pueda escapar al control del consejo de administración y se convierta prácticamente en un intocable, sino asegurar que tendrá la suficiente estabilidad para desarrollar su trabajo en un momento de crisis, reestructuración general del sistema financiero pagado con fondos públicos que hay que devolver en un plazo tasado y con el Banco de España, exigiendo, precisamente, continuidad en los puestos de máxima responsabilidad. Pese a ello, la caja asturiana, cuyo interés por que el SIP salga adelante es evidente, puso ayer a trabajar a un equipo jurídico para "modular" esa redacción de tal manera que la CAM pueda sentirse "cómoda" con el contrato definitivo que se ofrece y su consejo aprobarlo.

Esta medida supone una clara flexibilización en la actitud de Cajastur respecto a su primera reacción, cuando en la noche del 15 de julio, tras rechazar la CAM el borrador remitido al consejo, la entidad con sede en Oviedo reaccionó dando por roto el SIP.

Sin embargo, el Banco de España, que apoya claramente que esa alianza la dirija Cajastur por ser en estos momentos la entidad más solvente, no quiere bajo ningún concepto que la "fusión fría" se rompa y, en ese sentido, ha mediado ante Cajastur para que flexibilice su postura, al tiempo que ha enviado mensajes inequívocos a la CAM de que debe aprobar el SIP.