En la noche del reencuentro entre los presidentes Camps y Ripoll tras el estallido del "caso Brugal", buena parte de la atención se la llevó el ex conseller y ex alcalde de Orihuela, Luis Fernando Cartagena, moreno y radiante en una de sus primeras apariciones en la Noche de la Economía Alicantina. Si el saludo entre los dos dirigentes del PP fue frío, distante y apenas protocolario, lo mismo puede decirse de la desangelada presencia de cargos socialistas en la gala, que contrastó con el habitual desembarco popular: dos vicepresidentes del Consell, tres consellers, alcaldesas por doquier, diputados provinciales,... Varios dirigentes del PSOE expresaron su sorpresa por el hecho de no ser invitados a un acto al que nunca han faltado y que este año se celebró por primera vez en la terraza del centro de ocio Panoramis. Un atractivo escenario para una cita de muy bajo perfil político y reivindicativo.

La expectación era casi tan alta como el calor en la zona de Poniente y el Club de Regatas. Tras la sacudida política de la "operación Brugal", el presidente de la Diputación se encontraba por primera vez con Francisco Camps, también imputado, pero por el "caso Gürtel". Es sabido que Ripoll nunca llega solo a un acto, y menos en las actuales circunstancias. Allí estaban sus fieles Gema Amor, Juan Espinar, Mari Carmen Jiménez y López Garrido para recibirle. Subido el primer tramo de las escaleras, se encontró de frente con el conseller Gerardo Camps, con quien departió brevemente, al igual que con otros altos cargos de la familia campista, entre ellos los consellers Rambla y Angélica Such. En esta fase de saludo se encontraban los populares, a la espera de la llegada de Camps, cuando irrumpió entre el nutrido grupo para sorpresa de propios y extraños Luis Fernando Cartagena. "¡Qué tez tan morena!", le dijo entre bromas el vicepresidente económico antes de que el ex alcalde oriolano se fundiera en un efusivo abrazo con Ripoll. Jovial y simpático, el ex conseller repartió saludos y evidenció vivir un gran momento tras sus problemas con la Justicia. "Ahora le va mucho mejor como asesor de Juan Roig, de Mercadona, del presidente de la Cámara de Valencia y de un importante grupo constructor", destacó un dirigente cameral.

"Yo creo que es la primera vez que viene a la Noche de la Economía Alicantina", indicó, por su parte, uno de los pocos cargos socialistas presentes. En concreto, apenas cinco miembros del PSOE asistieron: el delegado del Gobierno en la Comunidad, Ricardo Peralta, la subdelegada Encarna Llinares, el alcalde de Elche Alejandro Soler y las diputadas Juana Serna y Maisa Lloret. El secretario del PSPV, Jorge Alarte, estaba invitado, pero excusó su asistencia porque acompañó a Zapatero en su décimo aniversario como líder del PSOE. Sin embargo, varios cargos socialistas expresaron su extrañeza y su sorpresa por no haber sido invitados a un acto al que siempre han asistido. Ni la secretaria provincial Ana Barceló, ni nadie del ayuntamiento, ni del grupo socialista de la Diputación. "Es muy raro porque siempre hemos tenido buena relación con la Cámara y con muchos sectores empresariales de la provincia, a los que apoyamos con frecuencia", comentó la edil Carmen Sánchez Brufal.

Y mientras los socialistas asumían en silencio su soledad, la espera a Camps se hizo muy larga. Llegó con 50 minutos de retraso, procedente de otro acto en Valencia. Al comité de bienvenida se sumaron varios empresarios como Martínez Berna, presidente de Coepa, Antonio Arias y Modesto Crespo, presidente de la CAM, hermético en las horas más difíciles de la caja alicantina. "No voy a hacer ninguna declaración", reiteró un par de veces.

Tras un gélido saludo entre Camps y Ripoll se inició la Noche de la Economía Alicantina, en la que tampoco hubo mayores alardes políticos o reivindicativos en los discursos. Garrigós amagó con echarle un capote a Ripoll por el "caso Brugal" y pidió "responsabilidad" a todos por el futuro de la CAM. Camps, ni eso. Insinuó que está dispuesto a seguir al frente del Consell otros seis años más. "Un discurso anodino, al servicio de los políticos, el del presidente de la Cámara, y una intervención vacía, grandilocuente y fuera de la realidad como de costumbre", comentó Ángel Luna, uno de los pocos socialistas presentes en Panoramis.