La Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) señaló ayer que la reforma "fortalece y asegura su futuro", preservando además el "estatus y funciones" desempeñadas a lo largo de su historia. La reforma recoge la mayoría de las propuestas que trasladó el pasado 18 de junio la CECA, según la patronal de las cajas, entre ellas, la adaptabilidad en el seno de cada entidad financiera.

El presidente de la CECA y de La Caixa, Isidre Fainé, destacó que la reforma "será positiva para el sector de cajas, que ganará en competitividad, solvencia y profesionalidad", al tiempo que puso de relieve que es "flexible y adaptable a las necesidades e intereses" de cada entidad. Fainé también valoró que "se ha realizado con un amplísimo consenso y en un tiempo récord". En cuanto a los partidos, sólo el PP mostró su apoyo al texto, ya que según dijo el coordinador de Economía de los populares, Cristóbal Montoro, el contenido de la ley "coincide con lo que pensamos". No obstante, criticó que la reforma llega tarde y se hace de una manera improvisada. El portavoz de IU en el Congreso, Gaspar Llamazares, cree que es "uno de los mayores escándalos" económicos. También los sindicatos rechazaron la reforma. El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, aseguró que supone una "desnaturalización" de estas entidades porque "bancariza" su función a través de la creación de fundaciones o por la vía de la salida de algunos colectivos de los órganos de gobierno.

El otro sindicato mayoritario, UGT, acusó al Gobierno de burlar el Diálogo Social por no haber consultado "en ningún momento a los interlocutores sociales sobre esta reforma que a su juicio supone su privatización.