Renta fija, renta variable, divisas, en los últimos meses los movimientos de los mercados no paran de dar sustos. Un día de bajada brusca se compensa con otro de subidas récord o viceversa. Pero, ¿debemos renunciar por ello a invertir nuestros ahorros?

Por supuesto que no. Desde luego no es la primera vez que esto ocurre, y a cada crisis las entidades financieras buscan nuevas soluciones para que el binomio rentabilidad-riesgo se mantenga en unos niveles deseables para el inversor.

Una de las últimas y más famosas fue el estallido de la burbuja tecnológica con el desplome de fondos de inversión a finales de los 90 habían logrado rentabilidades muy elevadas. Con estas caídas llego a España el boom de los fondos garantizados, productos que como su propio nombre indica garantizan que no se va a perder capital pero a cambio limitan la ganancia a un porcentaje sobre la evolución de un índice o cesta de valores, o dan una rentabilidad fija.

Desde entonces, esta categoría de fondos no ha hecho nada más que crecer y este ejercicio no va a ser meno. Para muestra el nuevo FonCaixa Bienvenida de La Caixa, en el que combina una rentabilidad mínima del 10% y un 3% adicional si se trae dinero nuevo de otra entidad.

A la hora de elegir un garantizado, en primer lugar debemos analizar el plazo en el que se ofrecerá la garantía, ya que si retiramos el dinero antes de que esta venza cobraremos según el valor que tenga el fondo, pudiendo estar en pérdidas a las que hay que añadir en muchos casos comisiones por reembolso anticipado.

Muchos fondos eliminan esta comisión con las llamadas ventanas de liquidez, días que periódicamente pueden hacerse retiradas parciales o totales sin realizar estos cobros. Aun teniendo esta posibilidad, si no queremos sufrir potenciales pérdidas, lo mejor es que no movamos nuestro dinero antes de que venza la garantía.

También tenemos que distinguir los diferentes tipos de fondos, si es un rendimiento variable sobre un índice o nos ofrecen una rentabilidad fija. Aun siendo productos de bajo riesgo, en cuanto no tenemos pérdidas, si queremos arriesgarnos a tener más beneficios o que sean prácticamente nulos la opción es la primera. Si somos más conservadores, la segunda.

Las comisiones son otro aspecto fundamental. Además de penalizar el reembolso anticipado, también lo hace si se decide ´entrar´ después de un periodo de suscripción determinado, además de está tenemos las de depositaría y gestión, que en media suelen ser ligeramente más elevadas que los no garantizados.

Y lo más importante, estar muy atentos a cuando cumpla la garantía, muchos de estos fondos se renuevan automáticamente ofreciendo una nueva garantía según las condiciones de mercado, si no realizamos el reembolso o el traspaso en el momento que marque el folleto del fondo, podemos vernos atrapado en otro largo periodo y depender de cómo evolucione este.

Utilizar herramientas como nuestro comparador de fondos le ayudará a conocer todos los puntos esenciales a la hora de invertir en estos productos.