Gazprom, el gigante ruso del gas, redujo ayer en el 15% los suministros de carburante a Bielorrusia por el impago de una deuda de 200 millones de dólares, que recibió el visto bueno del presidente de Rusia, Dmitri Medvédev. Así se abre un nuevo conflicto con un país por el que transita el gas ruso que consumen los países europeos. Sin embargo, el Ministerio de Energía de Bielorrusia declaró su disposición a garantizar el tránsito a Europa.

El presidente de Gazprom, Alexéi Miller, explicó que el recorte se lleva a cabo de manera progresiva, comenzando con una reducción del 15% del volumen diario, para llegar hasta el 85%. Bielorrusia paga por el gas ruso una tarifa establecida unilateralmente por Minsk, inferior a la estipulada en el contrato, lo que generó ya una deuda de 200 millones de dólares. Por estos gasoductos transita cerca del 20% de las exportaciones rusas con destino a Europa, por lo que el conflicto suscitó temores de que pudieran verse afectados los suministros a los consumidores europeos. Moscú informó ayer a la Comisión Europea de que podría haber problemas con los abastecimiento de gas a través de Bielorrusia. Mientras, Naftogaz, la gasística estatal de Ucrania, por cuyos gasoductos fluye casi el 80% del gas que exporta Rusia a Europa, declaró que está dispuesta a aumentar el volumen de tránsito por su territorio.