La Bolsa española subió hoy el 1 por ciento y cerró por encima del nivel de los 10.000 puntos, animada por el tirón de los grandes valores, la voluntad del Gobierno chino de flexibilizar su moneda y la apertura al alza de Wall Street.

Así, el índice de referencia del mercado español, el Ibex-35, subió 100,1 puntos, equivalentes al 1,0 por ciento, hasta exactamente 10.071,9 puntos, mientras que el Índice General de la Bolsa de Madrid, con prácticamente todos sus sectores en positivo, avanzó el 0,87 por ciento.

Después de terminar el viernes la cuarta mejor semana del año, el nuevo avance de este índice hoy lunes logra reducir las pérdidas anuales hasta el 15,65 por ciento.

En Europa, con el euro a 1,238 dólares, París ganó el 1,33 por ciento; Fráncfort, el 1,22 por ciento; Londres, el 0,92 por ciento, y Milán, el 0,28 por ciento.

La Bolsa empezó esta jornada con una subida superior al 1,5 por ciento, que le colocó por encima de los 10.100 puntos poco después de la apertura.

El mercado aprovechaba que el resto de parqués europeos comenzaban la sesión en positivo, animados por los fuertes repuntes vividos en las bolsa asiáticas, cercanos al 2,5 por ciento en el Nikkei de Tokio y el Hang Seng de Hong Kong.

Pero lo que impulsó al mercado el resto de la mañana y le permitía tantear el nivel de los 11.200 puntos cerca del mediodía era el repunte, por encima del 4,5 por ciento de compañías como ArcelorMittal y Sacyr Vallehermoso, seguidas de Gamesa y Acerinox.

El mismo día en que entró en vigor la nueva normativa que elimina las limitaciones de voto en compañías españolas, aunque tendrán un año para cumplirla, los inversores optaban por las compras, más moderadas al final de la sesión.

"Sanciones automáticas"

Coincidía con la petición en el Parlamento Europeo del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, de que se apliquen "sanciones automáticas" para los países que no respeten el Plan de Estabilidad, es decir, que no cumplan el objetivo de que el déficit público no supere el 3 por ciento.

Pero en un día sin referencias macroeconómicas, los inversores estaban pendientes de la reunión de esta semana de la Reserva Federal de Estados Unidos sobre los tipos de interés, de la confianza de los consumidores de este país, de los datos de actividad en Europa y de la reunión del G-20 que tendrá lugar en Canadá a finales de semana.

Poco antes del cierre de la sesión, la bolsa española estaba a punto de perder la barrera de los 10.000 puntos, mientras que la cotización del barril de petróleo Brent subía a 79,41 dólares.

Todos los grandes valores subieron: Telefónica, el 1,39 por ciento, hasta 16,43 euros por título; Repsol, el 1,35 por ciento, hasta 18,06 euros; Iberdrola, el 0,84 por ciento, hasta 5,42 euros; Banco Santander, el 0,75 por ciento, hasta 9,42 euros, y BBVA, el 0,53 por ciento, hasta 9,41 euros.

La mayor subida de la bolsa y del Ibex-35 correspondió a ArcelorMittal, cuyos títulos se revalorizaron el 5,60 por ciento, seguida dentro de las subidas del selectivo, por el avance de Acerinox (3,53%), Gamesa (2,89%), y Telecinco (2,34%).

En el lado contrario, destacaron la bajada de Banesto, del 0,93 por ciento, seguida del recorte del Banco Popular y del Banco Sabadell, del 0,76 por ciento y del 0,48 por ciento, respectivamente.

En el mercado continuo, entre las compañías más alcistas quedaron Amper, con un avance del 5,42 por ciento; Reno de Medici, del 5,18 por ciento.

La rentabilidad de la deuda española a largo plazo caía 12 centésimas y se situaba en el 4,46 por ciento -el diferencial con la deuda alemana bajaba de 186 a 168 puntos-, mientras que el efectivo negociado en el mercado continuo se situaba en 5.570 millones, de los que más de 3.500 procedieron de operaciones de inversores institucionales.