El Gobierno francés anunció ayer su plan para retrasar de manera progresiva la edad legal de jubilación y llegar a los 62 años, dos más que en la actualidad, en 2018. Entre las propuestas del Ejecutivo que preside el primer ministro francés, François Fillon, está también la de prolongar en tres meses los 41 años de cotización necesarios para reunir los derechos para cobrar la pensión máxima de jubilación. Esta reforma de las jubilaciones permitirá que las cuentas públicas francesas retornen al equilibrio en 2018, según las proyecciones del Gobierno. También habrá subidas de impuestos, como un incremento de un punto para las rentas más altas, y mayores retenciones sobre las plusvalías tanto inmobiliarias como las correspondientes a acciones y otros títulos. efe parís