El multimillonario y filántropo Bill Gates afirmó que no está en Barcelona para vender "software" pero sí para pedir al Gobierno español que vuelva a "tomar el tren de la ayuda" a los países en vías de desarrollo tras el recorte presupuestario de 600 millones de euros a causa de la crisis. Gates se mostró "decepcionado" por la medida adoptada por el Gobierno y, a la vez, "confiado" en que ese recorte sea "un paréntesis breve", si bien puntualizó que desde 2004 y hasta 2009 España tuvo un comportamiento "modélico".

La petición no se dirigió sólo a los gobiernos. Gates también lanzó un mensaje de implicación a "las personas más ricas", laboratorios y empresas. Convencido de que una mejor salud repercute en el desarrollo de los pueblos más desfavorecidos, Gates recordó sus experiencias en la India y Nigeria de las que destacó que el uso de las vacunas rompió círculos de enfermedad y pobreza.

El fundador de Microsoft insistió en que "los niveles de ayuda tienen que seguir existiendo a pesar de la crisis" y admitió que le gustaría que el objetivo del 0,7% creciera. Así, puso como ejemplo a Noruega y a Suecia, que "podrán llegar al 1% de su PIB" en ayudas, al Reino Unido "que está marcando un ejemplo muy positivo", y a Corea del Sur "que hace cuatro años era receptor de ayuda y hoy contribuye con un 0,5%".